Des Moines, AT.- El Departamento de Salud y Servicios Humanos del estado de Iowa confirmó este lunes la muerte de una persona de mediana edad a causa de la fiebre de Lassa. Recientemente, había regresado de un viaje por África Occidental, donde se cree que contrajo esta enfermedad que, en los casos más severos, puede provocar sangrado incontrolable y la muerte.
La fiebre de Lassa es muy común en países como Nigeria, Liberia, Sierra Leona y Mali. Es provocada por una infección que se encuentra en la orina y las heces de las «ratas multimamarias» y se puede transmitir a los humanos, mayormente, al ingerir alimentos que han sido contaminados por estos animales.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés) aún realizarán pruebas adicionales para confirmar el diagnóstico de esta persona, que no fue identificada. Mientras tanto, las autoridades locales se mantienen en la búsqueda de los que posiblemente hayan estado en contacto con el difunto. Sin embargo, advirtieron que el riesgo de contagio es «increíblemente bajo«.
Aunque la fiebre de Lassa no se transmite con el contacto humano simple, como abrazos o saludarse con la mano, el contagio puede ocurrir cuando se entra en contacto con la sangre o los fluidos corporales de una persona infectada, así como al tocar objetos contaminados, heridas abiertas o llagas y comer roedores.
Si se confirman los resultados, el caso de Iowa sería el noveno conocido de fiebre de Lassa desde 1969 en viajeros que regresan a EE.UU. desde países donde se encuentra la enfermedad. En estas zonas de África, el número de personas infectadas va de 100.000 a 300.000 por año, con un registro de 5.000 muertes anuales.
- Esta enfermedad es difícil de diagnosticar, ya que sus síntomas son bastante parecidos a los de otras fiebres hemorrágicas víricas como la enfermedad por el virus del Ébola, la malaria y la fiebre amarilla
- La mayoría de las personas que la padecen presentan síntomas leves como temperatura alta, dolores de cabeza y cansancio. Sin embargo, las afecciones severas incluyen dolor en el pecho, cuello o estómago, dificultad para respirar, vómitos o diarrea intensos, sangrado de la boca, nariz, ojos u otras membranas mucosas y en los casos más graves provoca la muerte.