Por Germán Reyes
Santo Domingo.- Los planes de enviar una fuerza militar extranjera para ocupar Haití parte del falso dilema de que no existen otras opciones para superar la crisis política y de seguridad que abate a la nación, declaró la intelectual Colette Lespinasse.
Haití cuenta con fuerzas policiales y militares capaces de aplicar las soluciones pertinentes en esta coyuntura histórica, dijo Lespinasse en declaraciones para Fotuto.net. “Nosotros y los gobiernos de la comunidad internacional sabemos el origen de esos grupos violentos, dónde ir y qué hacer para erradicarles”.
Según su argumento, existe gente en Haití con formación policial, militar y en seguridad, que pueden ser tomadas para formarles y emprender otro camino
Lespinasse se preguntó por qué no permitir al país organizar esas fuerzas, “a fortalecernos, sin quitarnos nuestra soberanía y no a imponer sus proyectos”.
Es tanto, prosiguió la también dirigente comunitaria, que en los frentes de la Embajada de Estados Unidos opera una banda que acosa, mata y viola a los residentes allí y nadie le toca ni con el pétalo de una rosa.
Un tema trabajado
Para Lespinasse la invasión militar extranjera ha sido un tema trabajado adrede, de manera abierta, por Estados Unidos y República Dominicana. “Es tan así, que antes del propuesto diálogo realizado en Jamaica la representante de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) condicionó la manera en que debían sucederse las intervenciones de los concurrentes”.
La experta en trabajo social y periodista haitiana observó que mientras EE.UU. trabajaba dentro de la ONU y con Canadá, el presidente dominicano Luis Abinader recorría el mundo postulando la invasión como el único camino para superar la crisis haitiana. “Pero (República Dominicana) no impiden todo el tráfico de armas por la frontera para llegar al suelo haitiano, hacia esos grupos armados”.
Refirió que tampoco EE.UU. impiden que desde su territorio lleguen casi el 100% de las armas en poder de las bandas, “algo que no lo digo solo yo, sino también las Naciones Unidas”.
Todos se reúnen para eso. RD en esa misma postura, pidiendo en todo el mundo una intervención en Haití
No impiden todo el tráfico de armas por la frontera para llegar al suelo haitiano
La invasión no resolverá
Criticó que el proyecto interventor descanse en un desacreditado e ilegal funcionario al que han permitido suplantar todos los poderes del Estado: Ministro de interior, ministro de justicia, primer ministro, presidente y, en fin, lo decide de todo.
Consideró, asimismo, que la invasión militar extranjera en Haití “no traerá ninguna respuesta”, sentenció la intelectual.
Lespinasse dijo que, en principio, está en contra de todo tipo de intervención en Haiti
Refirió que en más de 20 años la ONU ha enviado varias, como cinco misiones, entre las cuales se cuentan la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH), que duró 13 años. “Todas las misiones de la ONU y la OEA vinieron para apoyar la policía y la justicia”.
Lespinasse, exdirectora del Grupo de Apoyo a Refugiados y Repatriados (GARR), aseguró que los invasores pueden calmar la situación durante un momento para hacer elecciones y poner sus proyectos en marcha, como lo hicieron (con la invasión) al inicio del siglo pasado (en 1915)…”Propiciarán sus elecciones, pondrán su gobierno y harán su reforma a la constitución, pero sin superar la crisis”.
¿Por qué controlar Haití?
En su opinión, quienes piden las fuerzas extranjeras de intervención los principales responsables de esas situación que vive Haití hoy en día.
El propósito de la invasión extranjera en Haití procura objetivos que sus propiciadores no han confesado, pero podemos colegir que se trata de una o varias alternativas a la vez, argumentó Lespinasse. “Un objetivo geopolítico, para evitar que se instalen otras fuerzas que en el plano internacional asuman posiciones contestatarias, progresistas o para explotar riquezas naturales que, aunque no tenemos constancia, se dice que son abundantes”.
Pero, además, Haití es una masa humana de 12 ó 13 millones de consumidores que, dicho sea de paso, implicarán un mercado para sus productos de mala calidad, como en el caso de los de origen dominicano, declaró.
