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    Habrá «gritería» hoy en Nicaragua como parte de «La Purísima»

    Managua, 7 dic (Prensa Latina) Desde finales del mes de noviembre los altares consagrados a la Virgen María colonizan las calles de algunas ciudades en Nicaragua, tradición popular que incluye hoy la práctica conocida en el país como gritería.

    La tradicional festividad, denominada como La Purísima y surgida durante la conquista española en el siglo XV, comprende también una novena y la ceremonia dedicada a la Inmaculada Concepción, patrona del territorio centroamericano, el venidero día 8.

    Según el promotor cultural e historiador nicaragüense Wilmor López, en declaraciones exclusivas a Prensa Latina, fueron los sacerdotes católicos los responsables de esa celebración, pues junto a las armas, la religión resultó un método de dominación efectivo para imponer los designios de los reyes ibéricos. «Las primeras órdenes presentes en Nicaragua fueron los dominicos, franciscanos y mercedarios. En 1562 vino la primera imagen de María, que es la Virgen del Trono, colocada en la Basílica del Viejo Chinandega. En la Avenida de Bolívar a Chávez, hay dos imágenes muy similares a esa virgen de vestir», explicó.

    López refirió que la tradición comenzó en ese departamento, ubicado en la región occidental del Pacífico y a 135 kilómetros de Managua, después abarcó otras ciudades como León, Granada y Río San Juan y, desde esa época, el culto a la virgen se dio de manera natural, pese a los vejámenes de la colonización.

    Durante nueve días, en instituciones, empresas y casas, los feligreses completan un ciclo de rezos previo a la celebración del 8 de diciembre, con oraciones creadas, desde hace siglos, por los padres franciscanos y coplas nicaragüenses contemporáneas como Salve Azucena Divina; Tu gloria, tu gloria y Por eso el cristianismo.

    «La gritería simboliza lo mejor que tiene el nicaragüense: su vocación y don de servir. Según refiere la historia, nació en la ciudad de León después de la contienda de 1855 a 1857, conocida como Guerra Nacional Centroamericana. En esos años, por supuesto, no hubo celebración a la virgen», puntualizó.

    A partir del siglo XVI, el rito solo comprendía la novena y las ceremonias asociadas a la Purísima, pero, una vez concluye el conflicto bélico, el monseñor Giordano Carranza, desde la Iglesia de San Felipe, animó a los ciudadanos a visitar las casas de sus vecinos y colocar sus propios altares y ofrendas.

    Desde entonces, los habitantes de León, la primera fundada en lo que hoy es Nicaragua, confluyen en el parque a esperar que el obispo grite desde la emblemática catedral: «¿Quién causa tanta alegría?» y ellos responden: «la Concepción de María».

    GRITO DE IDENTIDAD

    Para López el paso de los años y la propia dinámica de la modernidad reforzaron y ampliaron el culto, con peculiaridades en dependencia de la región y, todo ello, convierte esa práctica en una festividad única en el mundo y en expresión identitaria que trasciende las fronteras nacionales.

    En Managua, por ejemplo, entregan un brindis o gorra durante los cantos y en León, la cuna de la gritería, mantienen solo las frases alusivas a las fechas y realizan un intercambio de alimentos como gofio, una bebida de chicha o jengibre, la caña dulce, naranjas y cajeta, un postre típico.

    «En Granada no existe la costumbre de dar, los habitantes de esa ciudad son muy españolizados en ese sentido. Ellos protagonizan una procesión por barrios y cada una de las comunas tiene un día específico para la recordación en la novena. En otros lugares como Masaya, la evocación es un portento», reconoció.

    Chinandega también incorpora peculiaridades a sus ritos, los cuales tradicionalmente—salvo en tiempos de pandemia Covid-19— reúnen un aproximado de 15 mil feligreses nacionales y extranjeros en los alrededores de la basílica a la espera de las iniciativas relacionadas con este acto de fe mariana.

    La devoción a la imagen, con más de cinco siglos de historia, incluye repiques de campanas, estallido de cohetes, luces de colores, serenatas, rondas de marimba y aplausos; así como, la lavada de la plata, uno de los principales atractivos, durante la cual los peregrinos sacan al atrio de la iglesia las joyas y las ofrendas a María.

    «La usanza determina la limpieza de los vasos sagrados, la platería antigua del tiempo de la colonia y las coronas de la Virgen de la Concepción del Trono. Una vez concluido ese proceso, los utensilios son depositados y otros fieles asumen el secado y pulimento de los mismos», señaló.

    Otra de las peculiaridades son los altares colocados en la Avenida de Bolívar a Chávez, en Managua, iniciativa del gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional, encabezado por su presidente Daniel Ortega y la vicemandataria Rosario Murillo.

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