Por Germán Reyes
Santo Domingo.- Las estaciones de radio y televisión fueron obligadas por disposición del Poder Ejecutivo a colocar el himno nacional al mediodía como parte de una campaña de odio contra el entonces candidato presidencial José Francisco Peña Gómez durante los años 1995 y 1996.
Exactamente igual sucede en el proceso electoral de 2024 con la publicidad que tiene como base el spot “pa´que lo sepas”.
Resulta inconcebible que en el caso de la coyuntura política de 2024 se difunda ese tipo de mensajes contra un líder político del partido en el gobierno, el PRM, lo mismo que dispuso por decreto el entonces presidente Joaquín Balaguer al ordenar que sean difundidas las notas del himno nacional.
El punto de partida de Balaguer fue denunciar la condición de haitiano atribuida al doctor Peña Gómez y, de paso, desdeñar a los ciudadanos de esa nación caribeña.
Ahora, de igual manera, se desdeña a Haití. Peña Gómez, dicho de manera abierta o solapada, ha estado en el fondo de los mensajes publicitarios de antes y de ahora, dados sus orígenes haitianos.
Un patriotismo «exclusivo»
En ambos casos, la campaña parte de un supuesto patriotismo y contra la “invasión extranjera” que resalta como potencial agresor a Haití y obvia a la nación que el siglo pasado mancilló en dos ocasiones los ideales libertarios dominicanos con sus tropas: en 1916 y en 1995.
Y resulta que esos invasores estadounidenses han venido para quedarse y controlar los destinos de la nación desde todos los puntos de vista.
En 2019 con una simple llamada telefónica a su nación “títere”, colonizada, cambiaron el discurrir histórico de la coyuntura política al “ordenar”, tal cual titiritero, que el presidente de entonces, Danilo Medina, desista de sus planes reeleccionistas.
Sin embargo, la defensa de la soberanía y el patriotismo son defendidos contra un supuesto enemigo que carece de ejército, fuerza aérea y marina de guerra. Y que apenas dispone de un famélico cuerpo policial caricaturizado por las bandas armadas.
Haití, contrario a Estados Unidos, la nación más poderosa de la tierra en todos los sentidos, incluido el militar, desde el siglo XIX jamás ha sostenido la más mínima escaramuza con República Dominicana.
