Por Fernando de los Santos
Lo primero que debe existir es la voluntad de los que crean en este proyecto.
Segundo, invertir en la preservación y restauración del patrimonio cultural histórico, arquitectónico, artístico y natural del país. Esto ayuda a mantener la autenticidad y el atractivo de los sitios y experiencias culturales.
Desarrollar rutas y circuitos turísticos que integren diferentes atractivos culturales, de manera que los visitantes puedan tener una experiencia más completa y enriquecedora.
Fortalecer la capacitación y profesionalización de guías turísticos y del personal que atienda a los visitantes, para que puedan transmitir adecuadamente la historia y el significado cultural de los sitios.
Fomentar la participación y el empoderamiento de las comunidades, alcaldías y demás autoridades locales en la planificación y gestión del turismo cultural. Esto genera beneficios económicos directos y fomenta la preservación de las tradiciones.
Promover la comercialización y visibilidad de artesanías, gastronomía, música, forklore y otras expresiones culturales dominicanas en los circuitos turísticos.
La señalización juega un papel de mucha importancia, al igual que la. información de las oficinas turísticas que deben existir, por lo menos, en las alcaldías y Distritos Municipales, policías y militares capacitados para esta gestión.
Integrar el turismo cultural con otras modalidades como el ecoturismo, de manera que se aprovechen sinergias y se contribuya al desarrollo sostenible.
Todo esto debe ser planificado a un tiempo al nivel nacional. Es prudente que no dependa de la voluntad o falta de la misma de ningunas personas o grupos.
