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    Informan al mundo sobre el uso de la crisis haitiana como instrumento en RD

    Santo Domingo.– El uso de manera prolífera de la crisis haitiana para la búsqueda de votos en la actual coyuntura política a propósito de las elecciones del domingo, día 19 de mayo, ha sido una constante en el discurso de prácticamente la totalidad de los candidatos a puestos electivos.

    Un enfoque con ese concepto fue difundido al mundo por la agencia internacional de noticias rusa Sputnik a partir de entrevistas a la escritora y activista Maribel Núñez y los principales candidatos presidenciales.

    El texto del cable

    Santo Domingo, 18 may (Sputnik).- La eterna crisis a la que parece condenado Haití fue nuevamente instrumentalizada en la vecina República Dominicana para recabar votos de cara a las elecciones presidenciales y legislativas de este domingo.

    De hecho, la ingobernabilidad agravada en Haití con el magnicidio del presidente, Jovenel Möise, en 2021, deterioró aún más los nexos entre las naciones que comparten la isla de La Española y estimuló un racismo enraizado en la sociedad dominicana, explotado con fines electorales.

    «Se está exacerbado ese odio histórico hacia lo haitiano que la oligarquía blanca dominicana ha sembrado en el alma nacional desde la escuela, y se ha jugado con ese odio para mantener el poder», aseguró a la Agencia Sputnik la escritora y activista Maribel Núñez.

    Dirigente del colectivo Acción Afro-Dominicana, Núñez criticó cómo el aparato propagandístico manipula este tema con un discurso que busca avalar la intransigencia de la administración del presidente, Luis Abinader, respecto a los haitianos.

    Para Maribel Núñez, escritora y activista en la defensa de los derechos humanos, Núñez el aparato propagandístico manipula este tema con un discurso que busca avalar la intransigencia de la administración del presidente Luis Abinader respecto a los haitianos

    Detrás de todo, explicó, está la narrativa ancestral de achacarle a los migrantes del vecino país los problemas más acuciantes de Dominicana, como la inseguridad, por eso muchas campañas se han centrado en políticas para expulsar a los haitianos o impedirles entrar al país.

    En tal sentido, Núñez denunció las deportaciones masivas impulsadas por la administración Abinader, «haciéndole creer a la gente que el gran problema de Dominicana son los haitianos y no el sistema político, la insaciable oligarquía y Estados Unidos llevándose nuestras riquezas».

    Aunque no comparte dicha lectura, el embajador de República Dominicana en Cuba, Amaury Rondón, coincidió en que el tema haitiano es «inevitable» en la política de su país.

    «Es inevitable que el tema haitiano forme parte de los instrumentos políticos del momento. El tema haitiano es muy delicado y comprometedor, por los intereses que encierra, sobre todo porque la frontera es una fuente de riqueza comercial», comentó Rondón a la Agencia Sputnik.

    No obstante, el diplomático reiteró el mantra repetido por el Gobierno en foros internacionales: «no hay solución dominicana para el tema haitiano».

    Complicada vecindad

    Haití y República Dominicana comparten casi 400 kilómetros de una frontera que varias veces fue cerrada en los últimos meses, tanto por los recurrentes brotes de violencia como por conflictos como un desvío en el Rio Masacre, también conocido como Dajabón.

    El pasado 11 de septiembre, Abinader anunció el cierre y militarización de la frontera, en respuesta a la construcción en territorio haitiano de un canal de irrigación que desviaría parte del caudal del Masacre-Dajabón, obra que Santo Domingo consideró ilegal.

    Abinader no solo inició la construcción de un muro fronterizo para impedir el ingreso de migrantes haitianos, sino que ha ordenado deportaciones masivas y descartó la posibilidad de acoger campos de refugiados, como propuso la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

    En un reciente viaje a EEUU, donde recibió un premio continental por su liderazgo, el presidente dominicano, que busca la reelección este domingo, afirmó que la crisis haitiana y la ausencia de un mandatario que haga cumplir la ley, «ha drenado recursos necesarios para el desarrollo de los dominicanos».

    Abinader dijo que el magnicidio de Moise y el consiguiente «descalabro político, económico y social de la nación haitiana» obligó a Santo Domingo a asumir una carga desproporcionada, sin colaboración de una contraparte efectiva que pueda imponer en su territorio el imperio de la ley.

    Uno de los principales rivales de Abinader, el exalcalde y diputado Abel Martínez (Partido de la Liberación Dominicana), cuestionó la efectividad de las políticas del actual mandatario respecto a Haití, así como su transparencia en el manejo de las relaciones bilaterales.

    «Debemos fortalecer las relaciones bilaterales, pero con los puntos bien claros sobre la mesa, pues, al final, el cierre de la frontera no logró evitar la construcción del canal en territorio haitiano, pero en cambio, golpeó la economía del país en detrimento, además, de los cientos de productores nacionales», dijo Martínez durante la campaña.

    El expresidente Leonel Fernández, quien compite por la Fuerza del Pueblo, también criticó la manera en que la administración Abinader manejó las crisis fronterizas con Haiti, en particular el cierre de frontera tras la construcción del canal en el Río Masacre.

    «Hoy sabemos que no fue una decisión de nuestro jefe de Estado, sino del primer ministro de Haití (Ariel Henry), lo que complica aún más las cosas, porque quiere decir que nuestras decisiones no se fundamentan en nuestros criterios propios, sino en base a lo que nos dice el adversario», señaló.

    Pese a estas discrepancias, Fernández, quien gobernó su país en tres ocasiones (1996-2000 y 2004-2012) coincide con Abinader en que la crisis en Haití no puede ser un problema de República Dominicana, y reivindicó la necesidad de establecer mecanismos de seguridad en la frontera ante lo que denominó «el colapso total del Estado haitiano».

    A su vez, el candidato presidencial del Partido Esperanza Democrática, Roque Espaillat, propuso la construcción de un muro fronterizo de 30 pies de altura con tres niveles de contenedores, para disuadir la migración ilegal y proteger la seguridad nacional.

    Más drástica es la propuesta de Carlos Peña, candidato presidencial del partido Generación de Servidores, quien cerraría todos los consulados dominicanos en Haití y le daría 30 días a quienes ingresaron de manera irregular en el país a abandonar voluntariamente el territorio nacional.

    Por su parte, la aspirante del partido Opción Democrática, Virginia Antares, abogó por reclamar la cooperación internacional de los países de la región con Haití, pero no a respaldar una intervención militar, pues la historia ha demostrado que el remedio ha sido peor que la enfermedad.

    En los comicios de este domingo, a los que están convocados 8,1 millones de dominicanos, se eligen presidente y vicepresidente, 32 senadores, 190 diputados y los 20 representantes ante el Parlamento Centroamericano (Parlacen).

    Si ninguno de los candidatos recibe el 50 por ciento más uno de los votos en primera vuelta, el 30 de junio tendría lugar un balotaje, escenario que no se da en República Dominicana desde 1996.

    El vencedor de las elecciones asumirá su mandato el próximo 16 de agosto y gobernará por un periodo de cuatro años. (Sputnik)

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