Por Germán Reyes
Del presidente Luis Abinader por el hecho de que no será ya candidato presidencial se espera que asuma los roles, primero de mediador y después de impulsor del candidato presidencial de su partido, el Revolucionario Moderno (PRM.
De hecho, tan pronto como solo tres días después de obtener su segundo triunfo en las elecciones presidenciales del 19 de mayo de 2024, el día 23, el reelecto jefe del Estado reunió a los “presidenciables” del PRM. La cita tuvo como telón de fondo la cohesión interna de la organización para, de esa manera, realizar una gestión de gobierno que sirva para reforzar en la coyuntura electoral de 2028 las candidaturas que terciarían en ese certamen.
A la reunión acudieron, según publicaron los diarios de entonces, seis que tienen ambiciones presidenciales en el PRM: Eduardo -Yayo- Sanz Lovatón, director de Aduanas; Carolina Mejía, alcaldesa del Distrito Nacional y secretaria general del PRM; David Collado, ministro de Turismo, y Wellington Arnaud, director Ejecutivo del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (Inapa).
Guido Gómez Mazara también participó en la reunión. Aunque fue consultor jurídico del Poder Ejecutivo en la gestión del presidente Hipólito Mejía, para la ocasión no ostentaba función pública alguna. Después, el día 21 de agosto de 2024, mediante el decreto número 455-24, fue designado presidente del Consejo Directivo del Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel).
Esto es, los aspirantes a la candidatura presidencial por el PRM están en puestos claves, que les permiten prestigiarse y avanzar en la ruta de participar en la contienda interna por la nominació, primero, y después, por alcanzar la Presidencia de la República.
Debería esperarse que en público o en privado, como se considere pertinente, el presidente Abinader prosiga en esa, su ruta trazada desde el día 23 de mayo de 2024.
¿Cuál objetivo perseguiría Abinader al contender con un candidato de otro partido en esta coyuntura política, a no ser reforzar su condición de líder de la oposición, de manera que abone su camino a la Presidencia por un partido contrario al suyo?
Desde la Primera Magistratura del Estado, ¿acaso no sería un descenso el importantizar a alguien que está “abajo”?
Se trata de una polémica a destiempo, la cual ha sido buscada de manera afanosa por el opositor para navegar a la libre “en sus aguas”. Diríamos que, por igual, “comer con su dama”.
Pero, también, siguiendo la expresión martiana de que en política hay líneas subterráneas que no se ven, pero que cuando afloran exhiben mucho ímpetu, es posible que el mandatario le esté dando gabela a Fernández para hacerle crecer. Asimismo, que con ese proceder debilita al opositor Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Si es así, es correcta tal táctica. Mantendría dividida a la oposición.
Una de las fortalezas que exhibió el PLD en el poder, durante 20 años, fue mantener a cualquier precio dividida a la oposición. En ese proceder contó con el Tribunal Superior Electoral, que se encargó de darle viso legal.
