El primer ministro haitiano, Garry Conille, es objeto de fuertes críticas tras su participación, el jueves 29 de agosto de 2024, en Tabarre, en la ceremonia de entrega de kits de materiales ofrecidos por la Embajada de Taiwán en Haití al Gobierno haitiano como refuerzo a la Policía y al Ejército. Estos incluyen chalecos antibalas con la bandera haitiana, cascos balísticos, bolsillos para varios cargadores y radios, pasamontañas, guantes resistentes a cortes, gafas protectoras y rodilleras tácticas, entre otros.
Por Célou Flecher
Puerto Príncipe, (LFH), 30 de agosto de 2024. _El Gobierno haitiano confía en las autoridades taiwanesas para equipar a la Policía Nacional y al Ejército con chalecos antibalas y cascos balísticos y pasamontañas, entre otros.
Estos materiales están destinados a la protección de policías y soldados de las fuerzas armadas de Haití que participan en combates contra bandas armadas.
Fueron entregados con el objetivo de fortalecer las capacidades de intervención y operacionalización de las fuerzas del orden de Haití en la lucha contra la inseguridad que asola al país, en particular a Puerto Príncipe, la capital.
“Permítanme, en primer lugar, expresar nuestro sincero agradecimiento al gobierno y al pueblo de Taiwán, representados aquí por Su Excelencia el Embajador de Taiwán en Haití, Sr. Richard Wen-Jiann Ku, por este gesto fraternal y solidario con respecto a nuestra nación es con profunda gratitud y esperanza renovada que nos reunimos hoy para esta ceremonia de entrega de equipos a la Policía Nacional de Haití (PNH) y a las Fuerzas Armadas de Haití (FADH)», dijo el Dr. Garry Conille.
El inquilino del Gabinete del primer ministro, en tono firme y serio, continuó su discurso afirmando lo siguiente: “Al recibir estos materiales, nos comprometemos a utilizarlos con prudencia, por el bien de todos. La seguridad es la base sobre la que descansa el desarrollo de nuestro país. Juntos, con el apoyo de nuestros socios internacionales y la voluntad inquebrantable de cada haitiano, construiremos un Haití más fuerte, más seguro y más unido”.
“Esta donación no constituye sólo un aporte material; también es un reflejo de una amistad sincera y duradera entre Haití y Taiwán, dos naciones que comparten una historia de lucha por la libertad, la dignidad y la democracia. A través de este gesto, Taiwán reafirma su interés junto a nosotros en nuestra búsqueda común de seguridad y desarrollo», continuó.
“En la red se debate la presencia de la bandera taiwanesa en los chalecos antibalas ofrecidos al gobierno haitiano para la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas de Haití. El excoronel Himmler Rébu, interrogado sobre este tema, considera anormal ver la bandera de un país extranjero en los equipos destinados a las fuerzas de seguridad nacionales. Según él, las autoridades haitianas deberían haber rechazado esta donación de Taiwán”, según se informó Radio Télé Galaxie
La recepción por parte del primer ministro Garry Conille de estos materiales para reforzar las fuerzas armadas haitianas provocó fuertes críticas en la opinión pública.
En opinión de algunos miembros de la población haitiana y de internautas, el jefe de Gobierno no necesitó viajar para recibir los kits, ni siquiera para fotografiarse con el Embajador blandiendo uno de los dispositivos adornados con el bicolor haitiano.
Otros van más allá al comparar el comportamiento del inquilino del primer ministro con el de la exministra de Salud Pública y Población, Marie Gretta Roy Clément, quien en marzo de 2020 en el momento en que el COVID-19 mató y contaminó a un buen número de haitianos. Fue fotografiada, acompañada por la representante de UNICEF en Haití, María Luisa Fornara, durante la recepción de 1.000 cubos y 10.000 pastillas de jabón.
El hazmerreír
Una “donación” que, según la foto ilustrativa, permitió a la población haitiana tener acceso a agua potable y jabón en la lucha contra la propagación del virus.
Desconocer el propio estatus y querer a toda costa ser el centro de atención, incluso si eso significa ser el hazmerreir del mundo, parece ser una cuestión de tradición para los líderes haitianos.