Por Nelson Cuevas Medina
Días antes de las elecciones presidenciales en la República Dominicana, el Presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Danilo Medina, hizo unas desafortunadas declaraciones que revelan su visión antidemocrática y su desprecio por el sistema de partidos:
* «El partido que quede en tercer lugar, comenzará su extinción en el Sistema de partidos de la República Dominicana». *
Danilo Medina, quien se considera a sí mismo un estratega político, demostró estar equivocado en sus cálculos y desconocer las tendencias electorales. No sabía el real posicionamiento de su partido, y creyó que promoverse sólo a nivel nacional, sin ser acompañado del candidato de su partido, le daría ganancias de causa.
Él suponía que la Fuerza del Pueblo, partido que llevó a Leonel Fernández como candidato presidencial, quedaría en el tercer lugar, lo que le permitiría iniciar una campaña mediática proclamando su extinción del sistema de partidos políticos dominicano, y presentarse él, como líder de la oposición.
Sin embargo, el «tiro le salió por la culata» a Danilo Medina, ya que fue su propio partido, el PLD, el que quedó en el tercer lugar con apenas un 10% de los votos, mientras que, la Fuerza del Pueblo obtuvo un sorprendente segundo lugar con casi un 29% de la preferencia electoral.
Si las cosas hubieran salido como Medina esperaba, él y sus incondicionales en el PLD, ya estarían atacando y desacreditando a Leonel Fernández, por los resultados de su partido.
Pero la prudencia y el compromiso democrático de Leonel Fernández, un verdadero líder y estadista, que cree y practica la democracia, ha impedido que la Fuerza del Pueblo, aproveche políticamente esas peligrosas declaraciones de Danilo Medina, quien se ha mostrado como un «líder» dispuesto a usar el veneno en sus palabras en contra del sistema de partidos si las cosas no salen a su favor.
Las afirmaciones de Medina, revelan su visión antidemocrática y su desprecio por las reglas del juego democrático.
Afortunadamente, el resultado electoral le salió al revés y le dió una lección sobre los peligros de subestimar a sus adversarios y de menospreciar el sistema de partidos que, él mismo dice defender, y a quienes le ayudaron a ser dos veces presidente de la República
