Por Germán Reyes
Santo Domingo.- Diego Ruzzarin, un tecnólogo e influencer brasileño, puso en relieve el uso que la venezolana María Corina Collado realiza de las redes sociales y, de paso, advirtió a tener en cuenta la naturaleza de esos recursos a la hora de procesar las informaciones que por allí son difundidas.
Hoy en día, aunque hay algunos casos de invasión militar extranjera en algunos países, ese procedimiento tiende a ceder para dar paso a la otra, a la que se realiza por recursos tecnológicos como los bots, orientados a influir en la manera de pensar y de actuar de los ciudadanos.
Machado, la líder opositora venezolana que propició la candidatura presidencial de Edmundo González Urrutia, ha mostrado traspiés en sus denuncias sobre un supuesto apresamiento y heridas de bala al motorizado que le movilizaba, lo cual fue constatado por las autoridades venezolanas como falsedades.
La versión del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz de Venezuela fue difundida luego de confesiones que hiciera el motorizado de Collado, Roalmi Alberto Cabeza Cedeño, al ser sorprendido en la habitación de un hotel. Allí, según un video del momento de su detención, había sido mantenido por disposición de Collado.

Collado y los bots
Ruzzarin exhibió la razón por la cual las ideas de los gobernantes y sectores dominantes en la sociedad imponen sus puntos de vista y generalmente son aceptados por los ciudadanos sin percatarse que son instrumentados.
Para difundir y hacer que esas ideas de los poderosos sean aceptadas de manera mecánica por los ciudadanos son invertidas cuantiosos millones de dólares con recursos como los bots, que son robots que simulan ser personas y que redimensionan los mensajes.
¿Quién es Diego Ruzzarin? Se trata nada más ni nada menos que de un diseñador industrial brasileño de 41 años de edad que desde hace algunos años vive en Monterrey, Nuevo León. De acuerdo con información de su página en LinkedIn, estudió una licenciatura en el Tecnológico de Monterrey y una maestría en ‘Food Design’ en el Politécnico de Turín ubicado en Italia. Habla cinco idiomas y ha residido en todos los continentes