San Juan, 21 dic (Prensa Latina) Bajo la premisa de que ‘el futuro no es lo que era’, el economista José Joaquín Villamil sostuvo que Puerto Rico debe plantearse hoy redimensionar su economía, a tono con la caída de su población.
La realidad es que en las últimas décadas, la economía puertorriqueña ha perdido su capacidad de generar crecimiento, tal como se refleja en el Producto Nacional Bruto (PIB) que ahora es 25 por ciento más pequeño que en 2006, señaló.
El presidente de Estudios Técnicos, firma de planificación económica, explicó que a esta situación se añade una población que, a raíz de la emigración y menos nacimientos, mermó de 3,8 millones en 2000 a 3,1 millones este año.
Además, se estima que para 2025 la población se reduzca a 3,0 millones, con menos jóvenes y con un envejecimiento de los ciudadanos que impactará los diversos mercados y servicios, en particular los de salud, educación y vivienda.
Villamil advirtió que el perfil de riesgo es muy pronunciado y urgió a planificar en el país para mercados de adultos mayores, además de aprovechar nuevos patrones de consumo con tecnologías cuyo uso se intensificó tras la pandemia del Covid-19.
‘El futuro no es lo que era; la economía de Puerto Rico ha estado sobredimensionada y tendrá que redimensionarse como una economía y una población más pequeñas’, planteó el economista al ofrecer una conferencia virtual ante la Sociedad Puertorriqueña de Planificación. Consideró muy probable que, de no implantar medidas que atiendan la situación, la nación caribeña se enfrente a un futuro en que una alta proporción de su fuerza de trabajo se encuentre permanentemente desempleada.
La desigualdad, la pobreza y la falta de movilidad social se tendrán que reconocer no solo como problemas sociales, sino como obstáculos al desarrollo, manifestó el experto, al sostener que ante esta dura realidad, se vuelve urgente la planificación para facilitar una nueva visión de Puerto Rico.
En cuanto a redimensionar a Puerto Rico hacia una economía más pequeña, aclaró que es necesario, aunque ‘más pequeño no necesariamente es peor, pues muchas economías pequeñas son ejemplos exitosos de desarrollo’.
El experto consideró vital minimizar riesgos como estrategia de desarrollo, lo que sugiere fortalecer, en lo económico, los eslabonamientos internos y el capital puertorriqueño.
De ahí la necesidad de ubicar la planificación como eje de una red de decisiones en que los otros actores son los municipios, las agencias y corporaciones públicas, las organizaciones de base comunitaria y, por supuesto, el sector privado.
El presidente de Estudios Técnicos, firma de planificación económica, explicó que a esta situación se añade una población que, a raíz de la emigración y menos nacimientos, mermó de 3,8 millones en 2000 a 3,1 millones este año.
Además, se estima que para 2025 la población se reduzca a 3,0 millones, con menos jóvenes y con un envejecimiento de los ciudadanos que impactará los diversos mercados y servicios, en particular los de salud, educación y vivienda.
Villamil advirtió que el perfil de riesgo es muy pronunciado y urgió a planificar en el país para mercados de adultos mayores, además de aprovechar nuevos patrones de consumo con tecnologías cuyo uso se intensificó tras la pandemia del Covid-19.
‘El futuro no es lo que era; la economía de Puerto Rico ha estado sobredimensionada y tendrá que redimensionarse como una economía y una población más pequeñas’, planteó el economista al ofrecer una conferencia virtual ante la Sociedad Puertorriqueña de Planificación. Consideró muy probable que, de no implantar medidas que atiendan la situación, la nación caribeña se enfrente a un futuro en que una alta proporción de su fuerza de trabajo se encuentre permanentemente desempleada.
La desigualdad, la pobreza y la falta de movilidad social se tendrán que reconocer no solo como problemas sociales, sino como obstáculos al desarrollo, manifestó el experto, al sostener que ante esta dura realidad, se vuelve urgente la planificación para facilitar una nueva visión de Puerto Rico.
En cuanto a redimensionar a Puerto Rico hacia una economía más pequeña, aclaró que es necesario, aunque ‘más pequeño no necesariamente es peor, pues muchas economías pequeñas son ejemplos exitosos de desarrollo’.
El experto consideró vital minimizar riesgos como estrategia de desarrollo, lo que sugiere fortalecer, en lo económico, los eslabonamientos internos y el capital puertorriqueño.
De ahí la necesidad de ubicar la planificación como eje de una red de decisiones en que los otros actores son los municipios, las agencias y corporaciones públicas, las organizaciones de base comunitaria y, por supuesto, el sector privado.