Por Suny Florentino
En la política dominicana siempre han existido bandos, como el día y la noche: Los «popís# y los «wawawá» están entre los más matizados en los últimos tiempos.
Los popís, esos bien tiesos, de traje y corbata, con sus discursos elegantes… y nariz parada…¡qué vaina!
Los wawawa, más del barrio, con la gente, hablando claro y sin tapujos.
Guido, al principio era un wawawa de pura cepa, ¡un león defendiendo a su manada! Atacaba a los popís sin piedad, les decía de todo… ¡hasta lo que no se podía decir! Pero nunca fue algo personal. Solo discurso de barricadas.
Pero Guido, con el tiempo se fue dando cuenta de que el juego político es más complejo que una pelea de gallos.
Vio que para llegar lejos tenía que jugar con las dos cartas.
Empezó a acercarse a los popís, a suavizar su discurso, a usar palabras más… ¿cómo se dice?… ¡diplomáticas!
Algunos wawawa están en «quille». Lo acusan de traidor, de vendido. Le gritan y son implacable con el. «¡Guido, tú te olvidas de nosotros! ¡Tú te volviste popís» Pero Guido, con su sonrisa, les dice que él sigue siendo de ellos, que solo esta buscando la mejor manera de servirles.
Y es que, en verdad, la cosa no es tan simple. Hay popís que tienen buen corazón, que quieren lo mejor para el país. Y hay wawawa que solo buscan su propio beneficio.
Guido, ahora intenta mezclar lo mejor de ambos mundos, la fuerza del wawawa y la estrategia, la representación del popí.
Así que, al final, la pregunta queda en el aire: ¿Será que Guido logrará su objetivo? Solo el tiempo lo dirá.
Mientras tanto, Guido continúa creciendo en la aceptación de la gente por la manera transparente como ha iniciado el manejo de la cosa pública y de la participación de los Popis y la de los wawawa en la institución que dirige.
