Por Germán Reyes
Santo Domingo.- La consigna “Nou ble viv” (Queremos vivir) constituye el punto de partida de los feligreses del vudú haitiano para reclamar acciones del gobierno.
Pero, más que quejarse por sus deseos de continuar con vida, los vuduistas llamaron a que “armonicemos nuestros barrios, (y) dejemos de lado nuestras diferencias”.
Pueblo haitiano, ha llegado el momento de luchar por tu futuro, proclamó el presidente del Festival Internacional de Vudú y coordinador de la Casa de la Cultura, Beken Petit-Homme, el 17 de agosto de 2024.
Las críticas al primer ministro
Según Petit-Homme, mientras el jefe de gobierno se instala cómodamente en su villa, la lucha por el control del país continúa y el pueblo paga un alto precio por las consecuencias de los errores de una gobernanza fallida.
El primer ministro Garry Conille, un diplomático experimentado, parece no tener otra misión que perpetuar un sistema que nunca ha funcionado para el bienestar del pueblo haitiano, declaró el sacerdote de vudú en una declaración que colgó en su muro de la red social Facebook y que también publica el periódico Rezo Nòdwès. “Distribuye, con alarmante maestría, el poder y la riqueza de nuestra tierra según los deseos de los llamados amigos de Haití”.
Inerte y cómplice
El religioso precisó que mientras la sangre sigue fluyendo por las calles, alimentando una espiral de violencia y desesperación, el gobierno permanece inerte, cómplice por su silencio e inacción. “En este contexto, resulta obvio que este gobierno no tiene intención de restablecer la paz ni de trabajar para mejorar las condiciones de vida de la población#.
De acuerdo con Petit-Homme, el departamento de Artibonite, tierra de luchas históricas, debe prepararse para enfrentar esta administración inútil, que ha traicionado los ideales de nuestros antepasados.
El sacerdote vuduista instó a los residentes en Gonaïves, conocida como Ciudad de la Independencia, a asumir una actitud levantisca. “¡Es hora de levantarse! Es hora de luchar por el bienestar común, por una sociedad donde reine la justicia y la equidad”.
Armonicemos nuestros barrios, dejemos de lado nuestras diferencias y gritemos con una sola voz: “¡Nou vle viv!”, proclamó el cura de la religión vudú.
Atrás quedaron, prosiguió Petit-Homme, los días de las sirenas aullando, las sesiones fotográficas superficiales, las cenas lujosas o las reuniones secretas en hoteles de lujo, donde las arcas estatales son saqueadas descaradamente.
Según su opinión, las prioridades del Consejo Presidencial de Transición y del gobierno son claras: enriquecerse a costa de un pueblo que sufre.
A los “esclavos del campo”
El houngan, como también es llamado el sacerdote, chamán u oficiante varón de los rituales de la religión vudú haitiana, formuló una exhortación a sus compatriotas. “Pueblo haitiano, ha llegado el momento de luchar por tu futuro. Deshagámonos de estos “negros domésticos” que han perdido de vista el destino de los “esclavos del campo”, estos verdaderos constructores de nuestra nación”.
La lucha continúa y sólo terminará cuando hayamos recuperado nuestra dignidad, nuestra libertad y nuestro país, aseguró Beken Petit-Homme, el presidente del Festival Internacional de Vudú.