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    El desabastecimiento acecha

    Por José Escanio Brito

    La escasez de alimentos que ha sido prevista desde el surgimiento de esa demoledora pandemia llamada COVID-19 que ha afectado a toda la humanidad, y que ha tomado un giro mucho más peligroso con la incursión de Rusia en Ucrania que han dificultado el transporte de más del 20% de los granos que se consumen a nivel mundial ha hecho que el desabastecimiento se empodere cada vez más en los mercados.

    Dada la consecuencia negativa que genera la escasez o desabastecimiento en los mercados, en este caso de alimentos, el gobierno de Luís Abinader se ha ido por el lado más cómodo, como es el de las importaciones al tomar algunas medidas de corte económico que han dado lugar a cierto escepticismo de una gran parte de los sectores políticos y económicos del país.

    Entre las medidas tomadas por el poder ejecutivo y que ha causado mucha controversia ha sido el llamado proyecto de ley que reducirá a 0% los aranceles aplicados a productos de la canasta básica para tratar de proteger al país de un posible desabastecimiento.

    Esta medida que va a impactar productos como el aceite refinado, mantequilla, leche, grasas comestibles y enlatados, así como la carne de pollo, habichuela, carnes de res y de cerdo, como también otros productos agropecuarios como son el ajo, la cebolla y la papa, resulta ser un arma de doble filo.

    La parte positiva está en que el gobierno busca con ello proteger al consumidor de una posible escasez de alimentos y como sabemos la escasez tiene una presión al aumento de precio y puede transformarse en una inflación. Lo negativo es que una política de esta naturaleza desincentiva la producción nacional y puedes producir una reducción considerable en la producción interna.

    Una política para enfrentar un posible desabastecimiento sería más positiva incentivando la producción nacional creándoles condiciones de incentivo al productor local ya que esas medidas de quitar aranceles a productos agropecuarios resulta ser una medida marginal aparte de que tarda en hacer efecto pues para importar se lleva tiempo y  hay que ver de dónde se va a importar y el nivel de inflación que existe en el país de donde se va a importar, ya que una inflación importada resulta mucho más difícil de controlar.

    También se debe tomar en consideración que una medida como la implementada por el gobierno abriendo las importaciones de productos que tenemos la facilidad de producir internamente haría mucho más difícil la recuperación productiva nacional y haría más estacionario un posible desabastecimiento.

    Otro factor que ha de marcar el desabastecimiento y la inflación es el costo de la energía eléctrica que, desde noviembre pasado, se ha aumentado en un 30% y a esto se le va a sumar el fin del congelamiento de los combustibles lo cual dispara aún más los precios de los bienes y pueden llevarnos a un desabastecimiento con alto niveles de inflación.

    De manera que estamos en la puerta de una estanflación. O sea, un estancamiento en la producción con alta inflación.

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