Santo Domingo.- El doctor Josué Renaud, de la Organización de Derechos Humanos de Nueva Inglaterra (NEHRO), considera urgente que los líderes internacionales, en particular Estados Unidos, asuman su parte de responsabilidad en la protección de los miembros del clero, los religiosos y los laicos en Haití, informan los medios de la nación caribeña.
El pasado viernes fueron secuestrados seis miembros de la Congregación de Hermanos del Sagrado Corazón, un maestro y otro sacerdote también católico.
En Haití “se viven horas de aprensión en Haití por monseñor Pierre-André Dumas, obispo de Anse-à-Veau y Miragoâne, impactado el domingo 18 de febrero por una explosión en la casa donde se alojaba durante su visita a Puerto Príncipe”, informó el Vaticano.
El mes pasado, seis monjas y otras dos personas fueron secuestradas mientras viajaban a bordo de un autobús en la capital, Puerto Príncipe. Posteriormente fueron liberados.
Hace unos días, un familiar de una monja, superiora de una orden religiosa, desapareció sin dejar rastro, dijo el medio del Vaticano. “Secuestradas, como las seis religiosas de la congregación de Saint-Anne, que fueron liberadas el 25 de enero tras varios días de cautiverio”.
“En nombre de Dios, pedimos a las autoridades que pongan fin al sufrimiento del pueblo haitiano», gritó la Conferencia Episcopal haitiana.
Casi 2.500 personas fueron secuestradas el año pasado en Haití, 80% más en comparación con el año anterior, según estadísticas de la ONU. Se ha culpado a las pandillas por el aumento de los secuestros y asesinatos.
La noticia del secuestro de las religiosas llega cuando el panorama de inseguridad en la parte occidental de la isla La Española no da señales de mejorar, según reseña el periódico Vatican News. “En las últimas horas, un grupo armado atacó un minibús de pasajeros en servicio entre Puerto Príncipe y Mirebalais, dejando al menos 10 muertos. Según una primera reconstrucción, fueron miembros de la banda criminal «400 Mawozo» quienes entraron en acción”.
Los católicos: ¿Un nuevo objetivo?
Estos (los católicos) se han convertido ahora en un nuevo objetivo del poder, dijo el doctor Josué Renaud.
El activista en la defensa de los derechos humanos condenó enérgicamente la reciente explosión (con una granada) en la residencia del obispo de Anse-à-Veau, Jean-Pierre Dumas. Calificó este incidente «intencionado y oportuno», así como el secuestro de los seis religiosos el viernes, como una «persecución del poder contra la Iglesia Católica», recordando los paralelismos con las persecuciones históricas.
El doctor Renaud pidió una reflexión sobre las razones de esta persistente persecución de la Iglesia.
En su opinión, a pesar de estas presiones “la Iglesia seguirá cumpliendo su misión divina”.