Puerto Príncipe, 9 nov (Prensa Latina) El Gobierno de Estados Unidos se desmarcó hoy de la responsabilidad de garantizar la seguridad en Haití, y aseguró que la comunidad internacional no irá al rescate del país.
El subsecretario de Estado de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley, Todd Robinson, quien se encuentra de visita en el país, afirmó que son los haitianos y sus instituciones estatales los que deben afrontar la crisis.
“Al final del día, no será la comunidad internacional la que venga al rescate de Haití. Serán haitianos, serán las autoridades haitianas y la Policía Nacional de Haití quienes serán responsables de la seguridad en el país”, dijo en conferencia de prensa en la sede diplomática de su país.
Robinson es el cuarto alto funcionario que llega Haití, donde la crisis de inseguridad se agudizó desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse, y las bandas armadas controlan cada vez más territorio, llegando a bloquear el suministro de los combustibles.
El funcionario también descartó el envío de tropas y puntualizó que la ayuda prometida de Washington para permitir la distribución de los carburantes, consistía en trabajar con las autoridades haitianas “en general”.
En concreto, Robinson anunció el envío de 60 vehículos para la Policía Nacional de Haití (PNH), 19 de ellos ya se encuentran en el país, así como la entrega de 200 equipos de protección para los agentes.
Tampoco ofreció nueva información sobre el secuestro del grupo de misioneros entre los que figuran 16 ciudadanos estadounidenses, aunque puntualizó que los gobiernos de los dos país trabajan de conjunto para lograr la liberación de todos los rehenes, el menor de los cuales tiene ocho meses de edad.
“Lo que puedo decir es que estamos trabajando muy de cerca con las autoridades haitianas; la PNH y otros funcionarios gubernamentales para que los ciudadanos estadounidenses y un ciudadano canadiense sean liberados de manera segura y lo más rápido posible”, indicó.
Haití sigue inmersa en una espiral violenta, con el aumento de los secuestros y asesinatos, en especial en la capital. Los enfrentamientos entre las bandas empujaron a 19 mil personas a huir de Martissant, barrio que une a Puerto Príncipe con los cuatro departamentos del sur.
A la crisis general se une el bloqueo de las bandas a las terminales petroleras, que ya causó el cierre de hospitales, escuelas, medios de prensa, empresas de suministro de agua, mientras otras compañías redujeron sus horarios de servicio.
La ONU advirtió este martes que la escasez de combustible constituye un grave obstáculo para la prestación de servicios esenciales y la circulación de personas y mercancías, al tiempo que llamó a los actores interesados a tomar conciencia y facilitar el acceso al rubro.