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    Una técnica para que ambos alcancen juntos el clímax

    Nueva York.- El orgasmo masculino no tiene nada de misterioso. No hace falta mayor explicación ni una estimulación precisa y prolongada para conseguirlo. Basta repetir un único movimiento con cierta intensidad para conseguirlo y es tan común, que más del 90 % de las relaciones sexuales culminan con uno de ellos.

    Sin embargo, en el orgasmo femenino ocurre todo lo contrario: se trata de un tema que aún hoy es una incógnita, tanto para la ciencia como para el sexo opuesto, que falla una y otra vez en estimular a su pareja sexual intentando hacer lo mismo que conduce al orgasmo masculino y hasta para algunas mujeres que aún no exploran las sensaciones de su propio cuerpo. Todo esto hace del clímax femenino un bien preciado y poco común, pues apenas se consigue en el 65 % de los encuentros heterosexuales.

    Un sinfín de técnicas han prometido un camino fácil para alcanzar el orgasmo femenino y a su paso, creado mitos tan difundidos como el Punto G, una región anatómica ficticia sin sustento práctico que demuestre su existencia. Si has intentado con tu pareja de todo pero no logra alcanzar el clímax, no te des por vencida y conoce el método de alineación coital, una posición diseñada para alcanzar el orgasmo al mismo tiempo que tu compañero sexual.

    La alineación coital es una técnica para recorrer el único camino comprobado por la ciencia para alcanzar el orgasmo femenino: la estimulación del clítoris y las zonas eréctiles circundantes, una región conocida como el pene femenino por Giulia y Vincenzo Puppo, médicos y sexólogos especialistas en el tema.

    ¿Cómo se hace?

    Para lograr la alineación coital el primer paso es mantener relaciones sexuales en una postura similar al misionero (la mujer acostada boca arriba, mientras su pareja se posiciona entre sus piernas viéndola cara a cara), pero con algunas variantes:

    El hombre debe mantener las piernas estiradas, sosteniendo su peso ligeramente con ambas rodillas. Las piernas de la mujer deben estar lo más cerradas posible, rodeando la cadera de su pareja y colocando los tobillos sobre la parte trasera de las rodillas del hombre para estrechar aún más la entrada a la cavidad vaginal.

    La penetración no debe ser completa, sino parcial y, lo más importante: el contacto pélvico entre ambos debe ser constante y mantener una ligera presión sin despegarse, una señal de que lo están haciendo correctamente.

    El movimiento pélvico masculino debe ser constante e impulsar hacia arriba (no de adentro hacia afuera, ni de un lado a otro), mientras que el femenino debe acompañarlo con un empuje hacia abajo (en dirección del pene para provocar un roce permanente con la pared vaginal posterior) e imprimir su propio ritmo según crezcan las sensaciones placenteras.

    Llegar al orgasmo juntos

    No hace falta acompañar el movimiento con apoyo de brazos o piernas. La estimulación del clítoris y los demás tejidos eréctiles a su alrededor será máxima y manteniendo un ritmo constante, el ansiado orgasmo femenino debe manifestarse con mayor facilidad que en otras posiciones. Una vez que las contracciones vaginales sean más intensas, el hombre sabe que es momento de alcanzar el orgasmo con su pareja de forma simultánea.

    Una variante a la alineación coital de misionero puede ser con la mujer arriba y su pareja debajo, con las piernas en una posición similar y sobre todo, con un contacto pélvico permanente y ritmo de arriba abajo. Pon en práctica este método y sus variantes para intentar alcanzar el máximo placer con tu pareja, no tienes nada qué perder.

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