Por Agencias
Puerto Príncipe.- Decenas de policías haitianos del movimiento “Fantasmas 509” salieron a las calles fuertemente armados para reclamar mejoras salariales y otras reivindicaciones relativas a los servicios que dispensan, sembraron el caos y paralizaron la capital, Puerto Príncipe, según reportaron los medios.
Con sus acciones, que incluyeron la quema de vehículos, los uniformados reclaman salarios de hasta 50 mil gourdes (unos 500 dólares) y tarjetas de débito de 25 mil gourdes (250 dólares). También, de bonos especiales durante el periodo de pandemia, equipos para que operan en las calles y primas de riesgo para efectivos de todas las unidades.
Agentes y simpatizantes, fuertemente armados y encapuchados, ingresaron a varias instituciones estatales como la Oficina de Seguros contra la Vejez, y la Oficina Nacional de Identificación, y obligaron a sus empleados a abandonar los recintos.
En Delmas 48, los oficiales en vehículos blindados intentaron derrotar el movimiento. Los intercambios disparo de distinto tipo de armas de fuego, las multitudes desbordadas, los intercambios de disparos de entre hermanos de armas han causado estragos en la zona.
En orden disperso, la policía avanzó desde Bourdon hasta el centro de Puerto Príncipe. En la avenida Charles Sumner, se incendiaron 4 vehículos estacionados dentro de los terrenos del Ministerio de Economía y Finanzas. Los bomberos se apresuraron a la escena luchando por contener el fuego.
Al menos una persona fue herida, mientras que policías en servicio impidieron que la manifestación llegara a la residencia del primer ministro Joseph Jouthe.
A finales de la semana pasada, agentes amenazaron con movilizarse para demandar los salarios atrasados de seis meses, no obstante el gobierno emitió la víspera mil 967 cheque a la administración de la Policía Nacional para cumplir con los adeudos.
Este año, creció la crisis al interior de esa institución, con la multiplicación de las protestas violentas que en febrero pasado provocaron enfrentamientos con soldados del ejército, con un saldo de al menos dos muertos y una decena de heridos.
En ese momento, el gobierno cedió a las presiones del gremio y autorizó la creación de un sindicato policial, además de reintegrar a oficiales despedidos por encabezar las movilizaciones.