Por Florentino Durán
El caso y la oportunidad entre el doctor José Agustín Constanzo y Ramoncito Sánchez Ventura, envueltos en un conflicto que puede derivar en lo peor para ellos y sus familiares en El Seibo
Ambos nacidos en el mismo pueblo, de conocidas familias, que se han desarrollado en actividades diversas y han realizado aportes, tienen la posibilidad de revisar, entenderse, evitarle tensiones y sufrimientos a los suyos, continuar y rehacer sus vidas.
Se puede tener muchos años en la comunicación. Ejerciendo el periodismo y cuando se hace por vocación, uno se da cuenta de la oportunidad que tiene esta profesión, de transformar y contribuir.
La otra vertiente de dañar y destruir por lo regular no va de la mano con la vocación, más bien con el comercio, el ego, el don de lucro. Siempre se ha dicho que el periodismo es un sacerdocio. Nada más enaltecedor de que asumir una profesión, con devoción y dignidad. Ponerla al servicio de los demás, no pensando siempre en el lucro personal, aún se viva del oficio.
En el trajinar periodístico, hay riesgos y uno se encuentra con dilemas. En un momento piensas. ¡Qué soy aquí, periodista o el ser humano común y corriente? ¿Grabo con mi cámara el accidente o hago una oración a Dios, para que ayude o intervenga con estos accidentados?
En la vida hay virtudes y defectos, altas y bajas, momentos buenos y no tan buenos. Hay proyectos que se alcanzan y otros que se han caído, pero lo más importante es continuar; sin odios, sin complejos, sin frustraciones, si dobleces, sin vanidad, arrogancias, comparonerías, sin ´aceite´, sin bulliyng (acoso).
Hace varias semanas, ocurrió un suceso que nos marcó, nos molesta y preocupa. Sería cobarde, miedoso, temeroso, inmerecido e indiferente, si no lo trato así. Sucedió entre el doctor José Agustín Constanzo y Ramoncito Sánchez. El primero reconocido cirujano y exdirector del hospital Doctor Teófilo Hernández y el segundo político y exgobernador de la provincia de El Seibo.
Ambos son de familias muy conocidas, tanto Constanzo como Sánchez. Ambos han hecho carrera aquí, nacieron aquí, residen aquí, ambos tienen muchos amigos, ambos tienen hijos, nacieron de madres, ambos tienen futuro. Ni son santos, ni seres sin defectos; son hombres comunes.
Se han visto envuelto en un problema, en el cual el doctor Constanzo resultó con una herida que pudo costarle la vida. Ramoncito, también tuvo sus riesgos. Todo el mundo sabe que el suceso pudo terminar en una tragedia peor, mayor y muchos dan gracias a Dios, cuando en la mente aparece, lo que pudo ser ese desenlace.
La Policía y la Justicia, tiene el caso. Ese no es el tema. Lo conozco a ambos, soy amigos de ambos y parte de sus familias. No hay que esconder, ni tapar nada. Como periodista publiqué lo ocurrido, aquí y en los medios donde laboro, con nada de satisfacción. Ahora, lo hago como el amigo, el periodista y el ingeniero, siendo la misma persona.
No voy a recordar aquí porqué ocurrió, ya lo hice. Este escrito no es para agitar, ni para alimentar el morbo a nadie. Ni lo consulté con José Agustín, ni con Ramoncito, ni ninguno de sus familiares, ni allegados, sino con mi conciencia. Cada quien, pensará lo que crea.
La madre de Ramoncito Sánchez, hace algunos años, pasó por un peligroso proceso de salud, de lo cual está viva milagrosamente. Alguien me puede decir, cuántos envases de lágrimas ha llenado por su hijo Ramoncito, en estos días?. También están; su padre Ramón y sus hermanos Yinny, Nelio, Wil, Hamlet y los demás.
José Agustín, ha sido operado varias veces por las lesiones en la mano, que necesita para ejercer la cirugía. Tiene esposa, hijos, familias y amigos que también han sufrido, lo ocurrido.
¿Dónde es que vivimos? Esto es una selva, es Macondo, como dice mi primo Guillén. Tantos amigos, políticos, gente que va a la iglesia, nadie puede intervenir para que el perdón sane las heridas y estos dos jóvenes puedan encarar sus vidas, en el pueblo que le vio nacer?.
¿Qué estamos esperando? que termine peor la cosa. Para luego reírnos y publicar en las redes y en los whasapp y Facebook las fotos de sus cadáveres y sus familiares gritando. Pués no!.
Hay quienes han sacado cuentas de los años que le corresponde por lo acaecido a Ramoncito, quien de pronto no puede ver a sus hijos, su madre, sus padres y sus amigos.
Lo recomendable sería que Ramoncito, repuesto del accidente en que se vio envuelto tras el suceso, encare la justicia, se entregue, acuerde con el Doctor Constanzo y ambos asimilen y rehagan sus vidas. Es lo que deseo y ellos se merecen. Ni se merece terminar como prófugo, ni acabar su vida de esa manera.
Con cirugías y atenciones, el doctor Constanzo ha ayudado mucha gente. Está preparado, es decidido y domina el bisturís. De hecho, no le gustaba que se refirieran pacientes graves a otros hospitales, a muchos lo devolvió de comas, y no tiene miedo de ´meterle mano´ a nada.
Siendo el afectado, hay que tener atenciones con él. Como tampoco hay que aspirar a que Ramoncito Sánchez, quien ayudó mucha gente como político y funcionario, se pudra en una cárcel, porque usted sienta envidia por el éxito que ha tenido su familia.
Los Sánchez, han creado una marca. Exitosos negocios, muchos amigos y han creído en su pueblo. Se levantan temprano a trabajar e incluso el propio Doctor Constanzo atendió de una gravedad a un hijo de Yinny, en una ocasión. ¿Porqué esperar lo peor? De hecho, la justicia en todos los casos concede la conciliación, los acuerdos. Claro está debe llegar por decisión de las dos partes.
El doctor Constanzo tiene su clínica al frente de la casa de Ramoncito Sánchez. Y entonces!. Nada, con mayor razón a que se llegue a un acuerdo amigable, que baje la tensión, entre ellos, sus familias y las cosas se tornen normales.
El presidente Donald Trump se reunió con el presidente de Corea del Norte, Kim Jong-un para realizar acuerdos en post del desarme nuclear y las tensiones bajaron. Cuál es el problema?. Siempre existe oportunidad de arreglar las cosas, de realizar acuerdos amigables, reponer, especialmente, sino ha ocurrido lo peor, algo irreparable o una muerte.
En vez de estar chismeando, agitando y hablando a las escondidas de este caso. Vamos a procurar un acuerdo entre estas dos familias. No disque vamos a las iglesias y creemos en Dios. ¡No nos damos en el pecho, disque creyendo en el perdón! El Seibo es tierra de Dios. Si pero eso ocurre donde se habla, se razona y se perdona sino, donde hay odio, es donde el Pájaro Malo, va a parar.
Al morir Carmencita, algunos hasta expresaron que era un ´Ángel´, y se lamentaron de no prestarle atención, mientras caminaba enajenada, con hambre y descuidada por las calles, pudiendo haber sido alguien normal, con un mínimo de esfuerzo y ayuda.
Y ahora. Qué vamos a esperar!, que la madre de Ramoncito se muera de la preocupación y lloros. Que haya que llevar a psicólogos a los familiares de José Agustín, por el miedo y temor de lo que le pueda pasar?. La Policía y la justicia, resuelven lo legal, pero las ofensas y situaciones, hay que dirimirlas, en otros escenarios, especialmente poniendo a Dios, como el Supremo Juez.
Oremos y pidamos a con fe, para que este caso, que nos molesta y lastima, llegue a un final satisfactorio. Que el dolor, las ofensas y daños puedan ser curados, subsanado y cubiertos con el amor bondadoso y todo poderoso de quien todo lo puede.
Que Dios, ilumine y guíe la mente y los corazones del doctor José Agustín Contanzo y de Ramoncito Sánchez, para que la paz y el amor, los colme a ellos y sus familias. Eso te lo pedimos con humildad, de acuerdo a tu voluntad, Señor!.
