Puerto Príncipe.- La organización SOS Journalistes (Periodistas) recibió con conmoción, indignación y preocupación la decisión del Consejo Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) de ordenar a Radio Mega suspender a ‘Boukante La Pawòl’ (Intercambio de la palabra), un programa de opinión política independiente, transmitido todas las noches.
Y esto, bajo pena de que se le retire la licencia de operación, se lamentó la organización solidaria con los periodistas.
Según una nota de CONATEL, del 22 de noviembre de 2024, Radio Mega utiliza su frecuencia, 103,7 MHz, para «los fines de difusión masiva de propaganda a favor de grupos armados que siembran el terror en toda la capital».

En la nota que SOS Journalistes, firmada por su secretario general Joseph Guyler C. Delva, se califica de lamentable, vergonzosa y despreciable, el hecho de que la CONATEL ordene a Radio Méga suspender inmediatamente el programa «Boukante La Pawòl», además de amenazae también con suspender la concesión que le fue otorgada y que la autoriza a funcionar, “si la emisora no cumple con la decisión”.
«Boukante La Pawòl» nunca ha hecho propaganda a favor de bandas criminales, dijo la organización en una declaración escrita.
El mayor pecado del que se le ha acusado al programa parece ser su independencia y su sentido crítico frente a los que están en el poder, según opinó la representación de los journalistes (periodistas) haitianos. “Y es más probable que una actitud así (la criticidad) sirva a la causa de la población y al interés público que a cualquier otra cosa”.
Durante la entrevista, el periodista Guerrier Henry nunca se mostró complaciente con los bandidos, dijo Delva.
¡Todo lo contrario!, insiste el periodista. “Cabe señalar que Guerrier Henry y su compañero de equipo, Jean Ismael Valestin, han sido durante mucho tiempo y a menudo objeto de ataques por parte de los hombres del poder en Haití”.
Un decreto ya derogado
En efecto, de acuerdo con SOS Journalistes y su secretario general, la CONATEL invocó un decreto “liberticida” -tomado en octubre de 1977, bajo la dictadura de Jean-Claude Duvalier- para intentar justificar tal enormidad y tan craso error.
Los comunicadores agrupados en SOS Journalistes insistieron en que la disposición es, incluso, tanto más (liberticida) cuanto que “es importante considerar que el decreto de referencia fue efectivamente derogado por la Constitución reformada de 1987 en el artículo 296 de sus disposiciones transitorias”.
«Todos los códigos de derecho o manuales de justicia, todas las leyes, todos los decretos-leyes y todos los decretos y órdenes actualmente en vigor se mantienen en todo lo que no sea contrario a esta Constitución» podemos leer en la ley matriz, según la reseña de SOS Journalistes. “Sin embargo, en el preámbulo de la Constitución actual podemos leer claramente que: El pueblo haitiano proclama esta Constitución para garantizar sus derechos inalienables e imprescriptibles a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad; De conformidad con el Acta de Independencia de 1804 y con la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948″.
Destaca, asimismo, que el artículo 19 de la declaración establece que «todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión, que incluye el derecho a no ser molestado por sus opiniones y el derecho a buscar, recibir y difundir, sin consideración de fronteras, información e ideas por cualquier medio de expresión».
La organización señala que la CONATEL y la administración dirigida por el Consejo Presidencial de Transición (CTP) y el primer ministro Alix Didier Fils-Aimé “parecen ignorar estas disposiciones de alcance universal”.
SOS Journalistes, que califica la decisión de la CONATEL de “acto arbitrario y desesperado”, considera que estas acciones recuerdan extrañamente los tiempos de las peores dictaduras que se creían terminadas para siempre en Haití.
Delvá recuerda, por igual a los gobernantes, que sus “disparatados” intentos de amordazar a la prensa no tienen ninguna posibilidad de éxito y les llama a retirar inmediatamente esta “vil medida”.