Resulta alarmante que los grupos delincuenciales estén dotados de poderosas armas de fabricación estadounidense, incluidos rifles de francotirador calibre .50 y AR-15 semiautomáticos, además de otras pequeñas como pistolas.
Para Le Cour, los contrabandistas han estado “literalmente introduciendo armas en Haití” durante años y es una situación que empeoró “durante el desastre en curso”.
Consideró que «es sinceramente escandaloso ver un país y una ciudad bajo total y absoluto bloqueo en guerra durante un mes, y no hay absolutamente ninguna señal de escasez de armas o municiones».
Se dice que este problema de larga data que empeoró en los últimos tiempos es un objetivo de los esfuerzos de la administración del presidente Joe Biden.
Recordó el periódico que desde el asesinato del presidente haitiano Jovenel Moïse, en julio de 2021, el control de las pandillas se ha consolidado en la nación caribeña, particularmente en Puerto Príncipe, la capital.
Pero la situación se deterioró aún más el pasado año, al punto que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) alertó que más de 360 mil personas fueron desplazadas de sus hogares por la violencia.
Las últimas semanas la espiral de inseguridad alcanzó su climax cuando el primer ministro de Haití fue obligado a dimitir tras un ultimátum que le dio el cabecilla de la pandilla G9 ‘Family and Allies’, Jimmy Cherizier, alias «Barbacoa».
Ante el escenario de volatilidad en Haití, Estados Unidos a envió un equipo de élite de infantes de marina para ofrecer seguridad a su embajada, al que tuvo voces críticas.
Alrededor del 90 por ciento de Puerto Príncipe lo controlan las pandillas. Ya que superan en armas a la Policía Nacional Haitiana (PNH), señalan los estimados.
Además, los cálculos arrojan que hay hasta 200 de esos grupos criminales en el territorio nacional, con números de miembros que aumentan y que sobrepasan a los nueve mil agentes de la PNH.
La ONU publicó un informe el que alerta sobre la muerte de más de cuatro mil 400 personas en Haití en 2023 a causa de la violencia generada por las pandillas y las cifras de víctimas fatales se dispararon en los primeros tres meses de este año a más de mil 500.
El reporte describe de “cataclísmica” la situación imperante y que en ese escenario, las pandillas mantienen una “cadena de suministro confiable” de armas y municiones.