Por Girandys Vásquez
Los resultados de Gallup contradicen una tendencia que hasta el momento se tomaba como el único escenario posible con miras a las próximas elecciones. Los candidatos principales rozando el 40% y empujando a un escenario de segunda vuelta. Sin embargo, los resultados actuales contradicen una tendencia que todos ya habíamos asimilado como inminente. Da al candidato opositor una ventaja 11 puntos porcentuales por encima del candidato del oficialismo, que lo haría ganador de la contienda en primera vuelta cambiando radicalmente la percepción de segunda vuelta que todos habíamos normalizado.
En los procesos electorales hay elementos que no se ven sino que se viven día a día, que desde mi punto de vista son determinantes para definir estos procesos.
¿Cómo ha cambiado la vida de la gente en un contexto de pandemia y cómo ha cambiado su situación económica previa al proceso de votación?.
Actualmente la sociedad dominicana está constituida en un 44% por un estrato de ingresos medios, según la OCDE, 2010. Esto es, son familias que perciben por encima de los $100 al mes, un 23% acomodada por encima de los $250 al mes y un 33% de desfavorecidos. Pero, ¿qué sucede con este estrato? Es altamente vulnerable y fluctuante, bordeando el límite de la pobreza si se encuentra o no en crisis económica. De ser así, eso reduce el estrato de ingresos medios y aumenta el desfavorecido. Y ahí inicia mi primer punto.
Yo suelo llamarlos los pobres en pausa, sostenidos de la gracia del asistencialismo estatal, porque y esto la literatura lo reconoce, considerarse de «clase media» no es lo mismo que tener «ingresos medios». Esto porque en realidad el sentirse de clase media responde a una variedad de criterios mucho más amplia que el simple nivel de ingreso o las condiciones materiales de vida.
Para evitar generar esta crisis económica en contexto de pandemia, el Gobierno Dominicano para garantizarle a este estrato mantenerse donde está ha destinado 57.500 millones de pesos, incluyendo ayudas hasta el 30 de junio, tanto en los programas FASE, Quédate en casa, Pa’ Ti, así como aquellos programas y asistencias que se han seguido proveyendo a través de Salud Pública, SNS, y los programas de asistencia social de la Presidencia de la República. Por tanto, el Estado Dominicano cuenta en realidad con un universo de votantes al que mantiene a punta de asistencialismo del 77%. Al que no ha desamparado en su totalidad por la partida económica antes mencionada y dispuesta para estos fines. Es por esto que el PLD se promueve como la garantía de la estabilidad y crecimiento económico, es decir, mantiene a sus pobres en pausa, mientras que genera las condiciones para que los que son ricos y están acomodados continúen su curso por la vida.
Siguiente punto
En contexto de pandemia se produce la sensación de que exponerse implica un riesgo de salud. Según la Gallup, el 66% de los votantes no dejaría de votar por miedo a contraer el virus, pero esto es solo un sondeo realizado del 12 al 16 de junio cuando aún no se habían empezado a disparar las cifras de contagio como hace 3 días a 899 en 24h, que son las que a su vez le disparan las alarmas al votante para evitar exponerse en espacios públicos. En el proceso anterior acudieron 3 millones, 497 mil, 193 ciudadanos a votar. El total de los ciudadanos que acudirán este 5 de Julio a votar solo lo sabremos al finalizar el conteo. Sin embargo, ha ido en aumento el nivel de abstencionismo. El último registrado, de un 31%, algo que todos bien saben favorece al que tenga mayor capacidad de movilización y captación de votante el día cero.
Tipificación del electorado
Los votantes se segmentan en 4 categorías. El voto duro, el voto blando, el voto opositor y los indecisos. El primero es el voto del que se identifica como militantes de un partido, votando por cualquier candidato que postule. El blando es el simpatizante tradicional, pero no es un voto seguro y sostenido de la coyuntura, del momento. El opositor vendría siendo el voto duro de los otros partidos. Y, finalmente, el indeciso que es el voto de aquel individuo poco involucrado en política, sin identidad partidaria, poco informado de los asuntos públicos y da por igual votar por un partido o, incluso, no votar. Según la Gallup, este segmento constituye el 24% del electorado. Y el 37% de este manifestó que está mas de acuerdo con Castillo, un 30% con Abinader y un 11% con Fernandez.
Los partidos que conocen de estrategia política se enfocan en persuadir a los segmentos blando e indeciso, ya que las posibilidades de modificar a los otros dos (duro y opositor) es muy baja.
Faltaría que la Gallup mostrara cómo percibe la población la situación económica en esta pandemia y el manejo del Gobierno sobre el mismo, para tener una idea del segmento blando. 😏, pero les debo esos resultados…
La opción política
Hay que reconocer que al PRM por obra y gracia le han sido dadas todas las condiciones para ganar este proceso. El PLD cometió el error de dividirse y Abinader interrumpió este proceso al pactar con un candidato, con expertise político, que automáticamente le robó protagonismo. Si Abinader hubiera dejado a Fernández languidecer poco a poco, en su lucha política al constituirse como FP, no se estuviera hablando desde enero de una segunda vuelta, encuesta en la que la Gallup le otorgó a Fernández 15%, y a Abinader 42%. Pero al pactar y la FP obtener posiciones en las elecciones municipales, estos recobraron poder ante la sociedad al atribuirse el triunfo en 24 puestos, según LuisToral. Esto hizo que como candidato presidencial Leonel recobrara un sitial en la psique del electorado y claramente mostraría una fuerza política que bien pudo dejarse desfallecer, porque claramente esos votantes blandos de Leonel habrían favorecido por castigo a la oposición y lo mejor, gratuitamente. Pero ahí está primer y garrafal error.
Segundo. El error de caer en inercia cuando la gente está en medio de una crisis sanitaria. La inactividad que mantuvo Abinader fue tan notable que tuvo que salir el gallo Mazara a atizar el escenario. El error técnico de mostrar a un candidato presidencial descansando en su casa y diciendo que no hace nada porque tiene 4 mujeres en casa, mientras otro candidato estaba modificando el modus operandi de hacer política en tiempos de pandemia, pueden ser la respuesta de por qué del 24% de 37% de indecisos están más de acuerdo con Castillo que el 30% que dice estarlo con Abinader, segun Gallup-Hoy.
Tercero. No sé en qué libro de política se puede asumir que la debilidad o enfermedad de un líder político podría traducirse en votos. Quisiera saber en qué libro se explica cómo esto podría representar una ventaja cuando. Por el contrario, en las figuras de liderazgo político se busca proyectar siempre la fortaleza y la capacidad de que en él se encuentran todas las cualidades de quien puede dirigir el destino de un país, y haber contraído un virus altamente contagioso, marca distancias que desde los estratos más bajos y más altos producen el mismo resultado: vacio de liderazgo. Ha sido tan mala la estrategia de divulgación de la condición de Abinader que en una semana han decidido sanarlo. Sea que fuera cierto o no, el hecho de haber contraído el virus, debió mantenerse en secreto, por lo menos hasta tanto finalizara el proceso aunque anduviera forrado de pies a cabeza. Porque ahora verlo una semana después dando negativo ante el Covid-19 se presta a suspicacia para gran parte de la población, incluso el segmento de indecisos.
