Por Wiliam Urquijo Pascual
Caracas, 4 dic (Prensa Latina) Los medios de prensa desempeñaron un rol fundamental en la presentación de una narrativa para justificar y legitimar en golpe de Estado contra Evo Morales en Bolivia, aseveró hoy el sociólogo y periodista argentino Marco Teruggi.
‘El poder de las armas y de la policía, si carecen de una ingeniería que los dote de discurso, palabras y sentido, difícilmente logran su objetivo’, precisó Teruggi en declaraciones a Prensa Latina, durante su participación en el Congreso Internacional de Comunicación, con escenario en Caracas.
Cronista desde el terreno de las protestas populares en rechazo al gobierno de facto y en apoyo a Morales -quien renunciara a la presidencia el 10 de noviembre último tras varias semanas de violencia opositora, motín policial y la presión del Ejército-, el destacado analista valoró el papel de la prensa en la ruptura del hilo democrático en Bolivia.
‘Los medios cumplieron varias funciones a la vez, tanto los nacionales como los internacionales; primero entender que el golpe buscó presentarse desde el principio como todo lo contrario, por lo tanto necesitó construir una narrativa para presentarse a sí mismo como un retorno a la democracia, un movimiento cívico’, precisó Teruggi.
En tal sentido, señaló que la mediática golpista desempeñó el rol fundamental de presentar la asonada como un hecho democrático, y a Evo Morales como un dictador que incurrió en fraude electoral para perpetuarse en el poder.
También hubo un trabajo fuerte de ocultamiento antes del derrocamiento de Evo Morales; hubo ataques, persecuciones a dirigentes del Movimiento al socialismo, todo eso fue ocultado o presentado bajo formas distorsionadas, explicó.
‘Una vez consumado el golpe y tras la autoproclamación de Jeanine Añez, vino la maquinaria comunicacional para justificar cada acción del gobierno de facto, a la vez de crearse un cono de silencio muy fuerte en torno a la resistencia, los asesinatos’, señaló Teruggi, corresponsal en Venezuela para Telesur, Página 12, Sputnik, entre otros.
‘En casos de masacres muy evidentes como las ocurridas en Senkata (El Alto) y Sacaba (Cochabamba) -con decenas de muertos a consecuencia de la represión militar-, los medios los presentan como enfrentamientos o ponen como verdad absoluta los dichos de las autoridades de facto’, manifestó.
‘A esta situación, súmese que varios medios presentados hasta hace pocas semanas como independientes del gobierno de Evo Morales, de repente pasaron a ser productores del discurso de las autoridades de facto’, subrayó Teruggi, quien denunció además la persecución desatada contra profesionales de la prensa como parte del cerco informativo.
En tal sentido, relató que hubo persecuciones abiertas, amenazas por parte de quien fuera designada al frente de la cuestión comunicacional, que acusó a los periodistas de hacer sedición, por el solo hecho de transmitir la verdad sobre la ola represiva contra los sectores populares adversos al golpe.
‘Existe una dimensión pública de la persecución, pero hay otra que sucede sin rendir cuenta; el nivel de impunidad es altísimo, el gobierno de facto puede asesinar o perseguir y no hay capacidad de visibilizar eso’, advirtió Teruggi al señalar que el único espacio comunicacional permitido es aquel dirigido a reproducir el discurso de la dictadura.
Ante este escenario, el sociólogo y periodista argentino llamó a romper el silencio mediático y mostrar ante la opinión pública internacional que en Bolivia hubo un golpe de Estado, más allá de las maniobras para ocultar esa verdad y tratar de legitimar la ruptura democrática mediante unas elecciones sin garantías.
Cronista desde el terreno de las protestas populares en rechazo al gobierno de facto y en apoyo a Morales -quien renunciara a la presidencia el 10 de noviembre último tras varias semanas de violencia opositora, motín policial y la presión del Ejército-, el destacado analista valoró el papel de la prensa en la ruptura del hilo democrático en Bolivia.
‘Los medios cumplieron varias funciones a la vez, tanto los nacionales como los internacionales; primero entender que el golpe buscó presentarse desde el principio como todo lo contrario, por lo tanto necesitó construir una narrativa para presentarse a sí mismo como un retorno a la democracia, un movimiento cívico’, precisó Teruggi.
En tal sentido, señaló que la mediática golpista desempeñó el rol fundamental de presentar la asonada como un hecho democrático, y a Evo Morales como un dictador que incurrió en fraude electoral para perpetuarse en el poder.
También hubo un trabajo fuerte de ocultamiento antes del derrocamiento de Evo Morales; hubo ataques, persecuciones a dirigentes del Movimiento al socialismo, todo eso fue ocultado o presentado bajo formas distorsionadas, explicó.
‘Una vez consumado el golpe y tras la autoproclamación de Jeanine Añez, vino la maquinaria comunicacional para justificar cada acción del gobierno de facto, a la vez de crearse un cono de silencio muy fuerte en torno a la resistencia, los asesinatos’, señaló Teruggi, corresponsal en Venezuela para Telesur, Página 12, Sputnik, entre otros.
‘En casos de masacres muy evidentes como las ocurridas en Senkata (El Alto) y Sacaba (Cochabamba) -con decenas de muertos a consecuencia de la represión militar-, los medios los presentan como enfrentamientos o ponen como verdad absoluta los dichos de las autoridades de facto’, manifestó.
‘A esta situación, súmese que varios medios presentados hasta hace pocas semanas como independientes del gobierno de Evo Morales, de repente pasaron a ser productores del discurso de las autoridades de facto’, subrayó Teruggi, quien denunció además la persecución desatada contra profesionales de la prensa como parte del cerco informativo.
En tal sentido, relató que hubo persecuciones abiertas, amenazas por parte de quien fuera designada al frente de la cuestión comunicacional, que acusó a los periodistas de hacer sedición, por el solo hecho de transmitir la verdad sobre la ola represiva contra los sectores populares adversos al golpe.
‘Existe una dimensión pública de la persecución, pero hay otra que sucede sin rendir cuenta; el nivel de impunidad es altísimo, el gobierno de facto puede asesinar o perseguir y no hay capacidad de visibilizar eso’, advirtió Teruggi al señalar que el único espacio comunicacional permitido es aquel dirigido a reproducir el discurso de la dictadura.
Ante este escenario, el sociólogo y periodista argentino llamó a romper el silencio mediático y mostrar ante la opinión pública internacional que en Bolivia hubo un golpe de Estado, más allá de las maniobras para ocultar esa verdad y tratar de legitimar la ruptura democrática mediante unas elecciones sin garantías.