Santo Domingo.– La vicepresidenta Raquel Peña se atribuyó la potestad de anunciar en nombre del gobierno dominicano la disposición a recurrir al diálogo con Haití para dirimir las diferencias en relación al canal que se abastecería con las aguas del río Masacre.
El presidente Luis Abinader, en cambio, ha sido reiterativo en el sentido de que su disposición de mantener cerrada la frontera “por tierra, mar y agua” será mantenida hasta que los haitianos paralicen los trabajos de construcción del canal.
El gobernante, en ninguno de los escenarios públicos en los cuales ha intervenido ha dejado la mejor brecha de que accedería a sentarse en la mesa del diálogo y, al revés, insiste en la exhibición de tropas fuertemente armadas, por tierra y aire, en la zona fronteriza.
Las declaraciones de Peña, sorprendida con el reclamo del nuncio apostólico Piergiorgio Bertoldi con su reclamo a que las dos naciones se sienten en la mesa de las negociaciones, atinó a seguir la corriente al prelado.
Realmente, coincide con las de nuestro presidente, de nuestro gobierno, en la mesa del diálogo, declaró la funcionaria. “Pero no tomar decisiones de manera unilateral como ellos lo están haciendo.
Peña se refirió a la ayuda dominicana a los haitianos. «Estamos en toda la disposición de sentarnos a dialogar porque si hay un pueblo que ha sido solidario con nuestros hermanos haitianos ha sido la República Dominicana «.