Por Dennis Manzanillo
En las elecciones de mayo de 2020 resultó ganador el Partido Revolucionario Moderno (PRM), con su candidato Luis Abinader, ayudado fundamentalmente por la división que sufrió el Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Ese fraccionamiento fue acompañado por todos los desaciertos y errores, tanto del presidente de turno en ese momento, Lic. Danilo Medina, como del candidato impuesto por el mismo.
En el programa de gobierno presentado al país por el PRM y su candidato de entonces y actual presidente, Luis Abinader, bajo el título de “El Cambio que viene. un país para su gente”, para el período 2020-2024, éstos indican que: “El PRM está haciendo historia. razón por la que todas y todos estamos comprometidos con el rescate de la democracia dominicana, la lucha contra la delincuencia y el nuevo modelo económico que conduce al bienestar y al verdadero desarrollo de las personas”.
Agregan también que “no es cuestión de llegar al poder por el poder, es llegar para generar una vida mejor para todas y todos los dominicanos, en especial los que viven en situación de vulnerabilidad social, económica y estructural. Nuestro objetivo es recuperar la esperanza y dignidad de la población dominicana que sigue sintiéndose desprotegida y sin futuro”.
Como se puede apreciar, en su programa de gobierno, el partido en ejercicio del poder planteó como uno de sus postulados crear un nuevo modelo económico que genere mejores condiciones de vida para la gente.
Sin embargo, si partimos de la formulación del principal instrumento que tiene el gobierno central para procurar mejoraría en las condiciones materiales de la gente, como lo es el presupuesto público, vemos que sólo hay un gran divorcio entre lo plasmado en su programa de gobierno y la realidad de la partida asignada para ser ejecutada el próximo año.
Al observar el tema de la formulación del Presupuesto de Ingresos y Ley de Gastos Públicos para el año 2024, y enfocarnos de forma puntual en las provincias de la línea fronteriza, se verifica que de un presupuesto que asciende a RD$1,371,992.8 millones, vemos que a 11 provincias se les recortan o reducen los recursos con relación a lo presupuestado y en ejecución para el año 2023.
Y llama la atención de manera significativa que de las provincias que serán afectados, ocho están o son de las que presentan mayores niveles de pobreza de nuestro país, entre ellas seis de la zona fronteriza. Tal es el caso de Dajabón, Montecristi, Barahona, Elías Piña, Pedernales y Valverde.
Debemos destacar que en el caso de la provincia Bahoruco, si bien se le presupuesta un aumento, éste es insuficiente o inadecuado. El monto que contempla el presupuesto para el 2024 es de apenas RD$777.7 millones, al pasar de RD$512.7 millones, para una variación porcentual de 51.7%.
Como se puede verificar en el cuadro anexo, 10 son las provincias, más el Distrito Nacional, que se verán afectadas por la reducción del presupuesto formulado para el año 2024 con montos que oscilan entre RD$4.9 Millones y RD$4,238.2 millones.
Ese hecho refleja y confirma la visión del gobierno de turno, encabezada por el candidato presidente Luis Abinader, que contrario a lo señalado en su programa de gobierno y más importante aún, en nuestra Constitución vigente, está contribuyendo con su política presupuestaria a crear y profundizar los niveles de pobreza, desigualdad e inseguridad en el país, especialmente en las provincias más pobres de la nación, como lo son aquellas ubicadas en la zona fronteriza.
Sin embargo, en solo cuatro provincias más el Distrito Nacional del territorio se concentrará el 50% de la inversión pública contemplada en el presupuesto del próximo año (Santo Domingo, Santiago, Montecristi, Duarte y Distrito Nacional), la cual asciende al 2.1% del PIB, y que será la más baja de los últimos 73 años de nuestra Nación, (M. Carrasco. 2024).
Por su parte, contrario a lo anterior, se observa en el proyecto de presupuesto de 2024, también, que el presidente Luis Abinader plantea al Congreso Nacional exenciones al sector turístico ascendentes a RD$12,570.3 millones, es decir un sacrificio fiscal que solo servirá para reforzar e incrementar los niveles de riquezas de un sector ampliamente beneficiado. Esa cifra equivale a dos veces el monto exonerado en el año 2020, que fue de RD$6,398 millones.
Esos recursos, de ser eliminadas dichas exenciones, podrían servir para financiar el desarrollo de las provincias afectadas por la reducción comentada, dándole preferencia a aquellas con mayores niveles de pobrezas, tales como las provincias de Bahoruco, Barahona, Independencia, Pedernales, Elías Piña y Dajabón.
El accionar del gobierno que encabeza el candidato presidente Luis Abinader, a pesar del endeudamiento excesivo, acelerado e histórico de la nación, ha resultado un fiasco en la formulación y ejecutorias del presupuesto público, lo cual se está reflejando en el deterioro pronunciado de los servicios públicos (salud, educación, seguridad, inversiones públicas, agua, protección social, creación de empleos, etc.).
Asimismo, confirma su improvisación y retroceso en materia de la Administración Pública, y contradice una vez más lo ofertado al pueblo y el electorado en su programa de gobierno para el período 2020-2024 (Lineamiento 34.4 relativo al impulso de políticas de desarrollo regional).
Por tanto, se precisa de forma perentoria que el gobierno actual reoriente su formulación y ejecución del presupuesto nacional a los fines de reorientar el gasto público hacia las zonas más desprotegidas de nuestra nación, especialmente aquellas ubicadas en la línea fronteriza.
“Es mediante la inversión colectiva en educación, sanidad y otros bienes públicos como los países ricos han llegado a serlo, no mediante la deificación de una ínfima minoría de ultra ricos. Si la historia puede servir de guía, las naciones prósperas del futuro continuarán siendo aquellas que inviertan en el éxito de todos” (Sáez E. y Zucman G., 2021).