Por Vianelo Perdomo
Santo Domingo.- No creemos que la excusa y el pedido de perdón de la ministra de Interior y Policía, Faride Rafúl, al joven barbero, estudiante de derecho y emprendedor, Dawry Santana, sea suficiente para borrar las huellas dejadas por el atropello de que fuera objeto de parte de desalmados policías que, abusiva y cobardemente, penetraron a su barbería en acciones totalmente contrarias a lo que establecen la Constitución de la República y la Ley Orgánica de la Policía Nacional.
Dawry Santana es propietario de una cafetería y un salón de barbería en una plaza de la sección Valiente, distrito municipal La Caleta, municipio Boca Chica, provincia Santo Domingo.