Por Germán Reyes
Santo Domingo.- De los aborígenes se dice que fueron “allanantados” ante la sorpresa que les causó el “espejito” que, como novedad, les mostraron los invasores españoles, que luego los exterminaron para erradicar de la isla todo vestigio de su existencia, a lo cual no aspiran las autoridades del Instituto Agrario Dominicano (IAD) cuando este miércoles acudan a una reunión con los dirigentes de las organizaciones de los residentes en el entorno de la presa de Monte Grande.
Lo que sí procuran los funcionarios del IAD sería apagar las llamas de una protesta, iniciada con la huelga en la obra de mayores recursos en ejecución por parte del gobierno y que de su levantamiento fue acompañado con una especie de daga al cuello de la institución por parte de los líderes de los campesinos: parar el tránsito en las carreteras Azua-Barahona y Azua-San Juan de la Maguana como parte de protestas que ejecutarían si no se les señalaran este miércoles las tierras donde serían asentados.

El IAD se había retirado de su responsabilidad en la localización de los terrenos donde serían asentados los residentes en el entorno de la presa de Monte Grande, en provincia sureña de Barahona, donde retorna este miércoles forzado por la huelga y por disposición del presidente Luis Abinader a mostrar unos terrenos desconocidos hasta por sus propios funcionarios y técnicos. Tampoco son conocidos por los campesinos. Ambas partes apenas saben que esos terrenos “están ahí”.
Frunce el ceño y te saldrá una estratagema
Ante la falta de respuestas ante las instrucciones de Abinader y compelidos por la huelga en la presa de Monte Grande, los funcionarios del IAD fueron orientados por el sacerdote Antonio Fernández, director de Pastoral Social Caritas del Obispado de Barahona, a ubicar terrenos cercanos a la obra, aunque estén ubicados en lotes distintos.
Fue entonces cuando les surgió la estratagema: unos terrenos ubicados en las proximidades de las cuatro principales comunidades, al Este Noroeste y Sureste, adyacentes a la presa de Monte Grande: San Simón, La Meseta, Los Güiros y Monte Grande.
De esos terrenos los funcionarios del IAD no tienen la menor idea relacionada con la calidad, viabilidad de regadío ni ningún otro dato técnico. Tampoco los campesinos.
Tampoco se dispone de vías de acceso, cuyo trazado requeriría más tiempo que los siete días acordados como máximo para presentar a los campesinos la solución de lo que en el proyecto de la obra han dado en llamar “Proyecto económico”.
En el otro componente, el proyecto habitacional y que llaman “Centro poblado”, la dirigencia campesina admite con resignación la promesa de que se les resolverá en febrero próximo.
El dron, “El chapulín colorao”
Tal cual “Chapulín Colorao”, los funcionarios del IAD pensaron en la estratagema: un dron.
Para este miércoles, en consecuencia, fue preparado el escenario para un “paseíto” en dron sobre las tierras con los dirigentes de las comunidades del entorno de la presa de Monte Grande.