Por Santos Salvador Cuevas
Me ponen al tanto de aquellas tentulias de partido, en donde mi nombre y otros más, es musiquita de fondo para improperios y odios. Amenazan con la persecución despiadada.
Pero, me pregunto: ¿qué otro daño más grande me pueden hacer? Pues ya me cancelaron junto a todo el equipo, y nos cancelaron en blanco, sin derecho a prestaciones laborales.
Les pregunto de nuevo: ¿me van a matar?. Digo, no veo condiciones para eso, pero tampoco veo qué otro daño me pueden hacer, bajo el argumento de que sigo hablando y escribiendo.
Nunca en mi vida he dejado de opinar, de decir mis ideas y arriesgar el pellejo por lo que creo.
Ellos nunca se callaron, pero nunca estuvieron bajo la lupa de agresores y vigilantes. Si se hubiesen callado no fueran hoy gobierno.
Si nos callamos, ustedes se eternizan en el poder. Además, es un derecho Constitucional el de la libre expresión ciudadana.
Yo no me voy a callar. No seré un deslenguado irrespetuoso, pero diré siempre lo que creo sin temor.
Si tienen que seguir cancelando, no le paren a eso, ni pretendan chantajear, que aquí todo el mundo sabe lo que le corresponde.