Por Fernando de los Santos
Inicio estas líneas de este artículo con una forma no muy común y lo hago con la siguiente pregunta: ¿Por qué es fundamental llegar a acuerdos entre los servicios de transporte convencionales (como los taxistas de hoteles, resorts y aeropuertos, parques, etc) y las plataformas virtuales como Uber y otras aplicaciones de transporte?
La convivencia es el camino: ¿Por qué la colaboración entre taxis y plataformas virtuales es crucial para el futuro del transporte?
La llegada de plataformas de transporte como Uber ha revolucionado la forma en que nos movemos. Con solo unos toques en el teléfono podemos solicitar un viaje de manera rápida, segura y a menudo más económico.
Sin embargo, esta innovación no ha estado exenta de conflictos, especialmente en destinos turísticos como República Dominicana, donde la tensión entre los taxistas convencionales y los conductores de aplicaciones es un tema recurrente.
En lugares estratégicos como aeropuertos, hoteles y resorts, la fricción es palpable. Los taxistas tradicionales, que han operado durante décadas bajo un modelo establecido, ven en las plataformas virtuales una competencia desleal que amenaza su sustento.
Por su parte, los usuarios, especialmente los turistas, buscan eficiencia y precios competitivos.
Pero, ¿qué pasaría si en lugar de competir, ambos servicios decidieran colaborar?
La respuesta es simple: se crearía un ecosistema de transporte más eficiente, seguro y beneficioso para todos.
Ventajas de la colaboración: un ganar-ganar para todos.
El conflicto constante solo genera pérdidas. Los taxistas tradicionales pierden clientes, los conductores de aplicaciones se enfrentan a hostilidades y los turistas se ven atrapados en medio de una situación incómoda. Llegar a un acuerdo ofrece beneficios significativos:
Para el turista y usuario:
Mayor comodidad y opciones: El turista tendría acceso a una variedad de opciones de transporte al llegar a su destino. Podría elegir entre un taxi convencional en la parada o solicitar un vehículo a través de una aplicación, según su preferencia y presupuesto.
Seguridad y transparencia: La colaboración permitiría la integración de tecnologías de seguridad de las plataformas (como seguimiento de viajes y calificaciones de conductores) con la experiencia y el conocimiento local de los taxistas convencionales. Esto garantizaría que los turistas se sientan más seguros y confiados.
Precios competitivos: La competencia sana incentivaría a ambos servicios a ofrecer tarifas justas y transparentes. Esto evitaría los altos precios que a veces se encuentran en zonas turísticas y daría al usuario un mayor control sobre sus gastos.
Para los taxistas convencionales:
Acceso a una nueva clientela: Al integrarse a las plataformas virtuales, los taxistas tradicionales podrían llegar a un público más amplio, especialmente a la generación digital y a los turistas que prefieren usar aplicaciones para todo.
Optimización del trabajo: Las plataformas pueden ayudar a los taxistas a reducir los tiempos de espera y a encontrar clientes de manera más eficiente, especialmente en horas de baja demanda.
Modernización del servicio: La colaboración podría abrir la puerta a la capacitación en tecnología, el uso de aplicaciones de navegación y la mejora de la flota de vehículos, lo que modernizaría el sector y lo haría más competitivo.
Para los conductores de plataformas virtuales:
Legitimidad y aceptación: Los acuerdos con los gremios de taxistas convencionales y las autoridades locales les darían a las plataformas una mayor legitimidad, reduciendo la hostilidad y los enfrentamientos.
Acceso a zonas de alta demanda: A menudo, los conductores de plataformas tienen restricciones para operar en áreas como aeropuertos y hoteles. Un acuerdo les permitiría acceder a estas zonas de alta demanda de manera legal y segura.
Crecimiento sostenible: Al establecer una relación de colaboración, las plataformas pueden expandir sus operaciones de manera sostenible, sin generar conflictos que puedan afectar su reputación.
Casos de éxito y el camino a seguir
Ya existen ejemplos en otros países donde se han logrado acuerdos exitosos. Por ejemplo, en algunas ciudades los taxistas tradicionales pueden registrarse en la aplicación de Uber, lo que les permite recibir solicitudes de viajes a través de la plataforma. A cambio, los taxistas mantienen sus regulaciones y tarifas establecidas.
En República Dominicana, el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT) ha jugado un papel clave en la mediación de estos conflictos.
De hecho, se han registrado algunos acuerdos, especialmente en la zona Este del país, que han permitido a los taxistas turísticos de gremios locales registrarse en la app de Uber. Esta es una muestra de que el diálogo y la concertación son posibles.
Para que estos acuerdos se fortalezcan y se conviertan en la norma, es fundamental que todas las partes involucradas se sienten a la mesa de negociación con una mente abierta.
Regulación justa: Las autoridades deben establecer regulaciones claras y equitativas para ambos servicios, garantizando que todos operen bajo las mismas reglas en cuanto a impuestos, seguros y seguridad.
Diálogo constante: Los gremios de taxistas y las plataformas deben mantener una comunicación constante para resolver cualquier conflicto y adaptar los acuerdos a las necesidades cambiantes del mercado.
Enfoque en el usuario: El objetivo principal de cualquier acuerdo debe ser mejorar la experiencia del usuario, ofreciendo un servicio de transporte seguro, eficiente y de calidad.
En conclusión, la era digital ha llegado para quedarse. Ignorar o rechazar la innovación tecnológica es un camino que conduce al estancamiento. La verdadera inteligencia radica en aprender a convivir con ella y utilizarla para el beneficio de todos.
Los acuerdos entre los servicios de transporte convencionales y las plataformas virtuales no son solo una opción, sino una necesidad imperante para construir un sistema de transporte moderno, sostenible y pacífico en destinos turísticos de primer nivel.