Por Maribel Núñez
Santo Domingo.- La República Dominicana se encuentra bajo la intensa crítica internacional por su política migratoria hacia la comunidad haitiana, caracterizada por deportaciones masivas y escalofriantes denuncias de abusos que incluyen hasta la muerte de haitianxs., denunciaron varios grupos cívicos.
Organizaciones de Martinica, a través de un comunicado de prensa, han manifestado su profunda preocupación por las sistemáticas violaciones a los derechos humanos que sufren tanto ciudadanos haitianos como dominicanos de ascendencia haitiana.
Desde el 21 de abril de 2025, informes de la prensa local e internacional han expuesto la cruel práctica de extraer de hospitales a mujeres embarazadas o recién paridas, incluso después de intervenciones quirúrgicas como cesáreas, para ser deportadas en un camión cárcel sin ninguna condición humana, a un Haití sumido en el caos y “asolado por guerras entre bandas paramilitares, que ha llevado a la comunidad internacional a suspender las deportaciones de nacionales haitianos”, dijeron los martiniquenses.
Según se establece en el documento, esas “graves” violaciones a los derechos humanos de personas afrodescendientes han generado una creciente ola de indignación en el Caribe, particularmente en Martinica y Guadalupe.
En esas naciones caribeñas, manifestaron las organizaciones, movimientos sociales han levantado sus voces con firmeza, “preparando acciones para reclamar justicia y condenar enérgicamente al Gobierno dominicano”.
En el manifiesto difundido por diversas organizaciones sociales de Martinica y Guadalupe durante la rueda de prensa y una concentración el pasado sábado, día 10 de mayo de 2025, se declara «alto a la xenofobia y al racismo contra los haitianos en República Dominicana”.
Las organizaciones, alertados por la prensa y testimonios directos de “los malos tratos” infligidos a dominicanos de ascendencia haitiana y haitianos residentes en este país, expresaron su indignación y gran preocupación “por el pogromo que amenaza a nuestras hermanas y hermanos afectados”.
El movimiento dijo que evoca la trágica memoria de la masacre de 1937 y el controversial proceso de desnaturalización de 2013, “denunciando la actual política migratoria como una dolorosa continuación de prácticas discriminatorias”.
El odio en auge
En su declaración, los grupos cívicos sostienen que «la tragedia de hoy tiene lugar en un mundo marcado por el auge del fascismo y el odio, “fomentado contra los demás por jefes de Estado y gobiernos de la vergüenza, de los que Donald Trump es el siniestro líder”.
Las deportaciones de República Dominicana se hacen eco de las prometidas por Trump, según las organizaciones.
Los grupos cívicos relataron que con Trump las medidas fascistas de Abinader se profundizan sin temor al hipócrita llamado de respetar los derechos humanos por parte del Tío Sam.
“Sin ningún rubor, Abinader ha penetrado en barriadas como Mata Mosquitos, deportando a miles de trabajadores haitianos”, sentenciaron.
Las organizaciones declararon que a Abinader no le han importado las pertenencias de quienes deporta, “y como buen neoliberal, ha destruido las viviendas a toda una comunidad en donde vivían por más de 30 años dominicanos y haitianos que vendían su fuerza de trabajo a empresas relacionadas con la industria turística”.
En Martinica, diversas organizaciones han unido sus fuerzas para denunciar las acciones de la República Dominicana, calificándolas como un acto «indigno de la humanidad», en palabras de Marie-Joseph Hardy-Dessources, de la Unión de Mujeres de Martinica. Patrice Lefaucheur, de la asociación Esa-Caraïbes, enfatiza la necesidad de «arrojar luz sobre la situación de los derechos humanos en este territorio, donde las violaciones de los derechos humanos son más graves.»
Llamado a la solidaridad
El llamado a la solidaridad regional es un componente fundamental de esta movilización. “Se exhorta al pueblo de Martinica, al Caribe y a las demás comunidades que viven en nuestro país para que manifiesten nuestra indignación ante el horror y nuestra solidaridad con las víctimas del racismo y xenófobo en República Dominicana”.
Dijeron que la urgencia de la situación, marcada por relatos de abusos extremos y la trágica muerte de Lourdia Jean Pierre como un sombrío ejemplo, “requiere una respuesta firme y unida de toda la región caribeña para presionar por un trato humano y justo hacia la comunidad haitiana en República Dominicana”.
Sentenciaron que ninguna nación está por encima del Derecho Internacional y el respeto irrestricto a los Derechos Fundamentales.