Santo Domingo.- El presidente ejecutivo del movimiento «Kouraj», Charlot Jeudy, fue encontrado muerto este lunes en su residencia privada ubicada en Vivy Michel, en la ciudad de Pétion-Ville, según informaron medios locales de la capital haitiana, Puerto Príncipe.
De inmediato, tanto Estados Unidos como Francia emitieron declaraciones por vía de sus embajadas en Puerto Príncipe en las que condenan el hecho. Francia se unió a diversos sectores haitianos que exigieron una investigación que permita esclarecer las circunstancias que rodearon la muerte del activista.
Para Estados Unidos, Jeudy fue un incansable defensor de los derechos humanos y la equidad en Haití.
«Creemos que su memoria continuará a través de los valores y principios a los que ha dedicado su vida», dijo la sede diplomática en una nota.
¿Muerte por envenenamiento?
Según a la agencia haitiana Kapzy News por familiares, Charlot Jeudy murió envenenado.
Asimismo, el periódico haitiano Rezo Nòdwès también se hizo eco de la versión de familiares del líder de la lucha por el respeto de los derechos de las personas LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales) que presentaron la tesis del envenenamiento, alegando que el activista fue asesinado.
El cuerpo de Jeudy fue encontrado este lunes en su residencia de Vivy Mitchell, comuna de esta capital, declaró la cubana agencia de noticias Prensa Latina.
El hecho aún pendiente de ser esclarecido por las autoridades, se produjo en momentos en el que las personas gay en Haití sufren frecuentes agresiones y acoso, mientras que las fuerzas policiales son a menudo indiferentes antes estos actos, declaró la cubana agencia de noticias Prensa Latina.
Aunque ninguna ley en el país penaliza las relaciones homosexuales, muchos aún permanecen ocultos por el estigma social y la fuerza que conservan las instituciones religiosas.
En 2018 una investigación en derechos humanos deploró que las personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales siguen sufriendo altos niveles de discriminación en Haití.
En 2017, el Senado haitiano aprobó una de ley para la emisión del Certificado de Buena Vida y Moral, documento requerido por muchos empleadores y universidades, e incluyó a la homosexualidad, junto con la pornografía infantil, el incesto y la explotación sexual comercial de los niños, como motivo para denegar un título a un ciudadano.
También ese año la Cámara Alta avaló otra legislación para castigar a partidarios y cómplices de un matrimonio homosexual, con penas de hasta tres años en prisión y multas de unos ocho mil dólares.