Sevilla, RT.- Ana Orantes falleció a los 60 años un 17 de diciembre de 1997, asesinada a manos de quien fuera su marido durante la mayor parte de su vida. Se trató de un triste caso más de violencia de género, con la salvedad de que éste despertó las conciencias en España y provocó manifestaciones, movimientos sociales y cambios legislativos.
Se cumplen 28 años de la muerte que supuso todo un antes y un después, que cambió la concepción de que la violencia machista era un asunto privado para sacarlo a la luz, convertirlo en una preocupación pública y comenzar a echar a rodar políticas feministas.
Orantes se armó de valor y contó su caso en televisión, en uno de los programas de testimonios que abundaban en la pequeña pantalla en esos años de finales de los 90. Trece días después de ofrecer su versión ante las cámaras, su exmarido le prendió fuego en el patio de su casa. Una nieta de 14 años la encontró, todavía en llamas, pero ya nada se pudo hacer para salvarle la vida.
40 años de malos tratos
La historia de Ana Orantes permanece en la memoria de varias generaciones de españoles, no solo porque se ha relatado muchas veces para mantener vivo su recuerdo, sino porque la primera que la contó en primera persona fue ella misma.
El 4 de diciembre de 1997 se sentó ante las cámaras de Canal Sur, la televisión pública de Andalucía, y allí contó cómo se había casado a los tres meses de conocer a quien sería su marido, ante la oposición de sus padres y las amenazas de él de esparcir rumores sobre ella si no accedía a adelantar el enlace.

La primera paliza llegó a los tres meses de la boda, algo que se repetiría con asiduidad durante los siguientes 40 años. Con su marido, José Parejo, tuvo once hijos, de los cuales tres perecieron. El hombre intentó agredir sexualmente a dos de sus tres hijas y echó a varios de sus vástagos del hogar cuando todavía eran adolescentes.
Durante los primeros años de su matrimonio no encontró refugio ni siguiera en su familia, en unos años en que el maltrato era contemplado como una cuestión privada. La mujer llegó a intentar denunciarlo en varios ocasiones ante la Guardia Civil, que le replicó que eran peleas normales en las parejas, a pesar de que ella acudía llena de moretones.
Denuncia pública y asesinato
Orantes consiguió divorciarse de su marido en 1996, pero a pesar del historial de malos tratos de décadas, la jueza les obligó a compartir la casa unifamiliar, otorgándole a ella el piso de arriba y a su exmarido el piso bajo, compartiendo patio y zona de entrada.
Desde que se llevó a cabo el divorcio el hombre continuaba insultándola, humillándola y amenazándola con frecuencia. Al ver que su situación apenas había variado, Orantes decidió acudir a un programa de televisión a contar su experiencia y su situación actual.
Al parecer Parejo se tomó mal que ella hubiera aireado sus asuntos y lo que peor encajó fue que ella narrara que durante un periodo en el que él había estado desempleado ella había sido la encargada de mantener a la familia.

A los 13 días de la aparición televisiva el hombre esperó su llegada a la casa. Cuando la mujer entró en el patio le roció combustible y le prendió fuego. Una nieta se encontró la aterradora escena y a pesar de llamar a los servicios de emergencia, nada se pudo hacer por salvar su vida.
José Parejo fue sentenciado a 17 años de prisión de los que cumplió algo menos de siete, pues falleció a causa de un infarto en 2004.


