La Habana.- La aguda crisis económica que enfrenta Cuba, sumada a cuestiones sociales como el desarraigo familiar, la emigración de jóvenes y el envejecimiento demográfico, han causado un aumento en los últimos años de las personas con conducta deambulante y la mendicidad, relataron especialistas a Sputnik.
En declaraciones a Sputnik, Luis Emilio Aybar Toledo, director del Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello, señaló que el impacto de la pandemia Covid-19 en sectores como el turismo—una de las principales actividades del país— determinó, por ejemplo, la disminución de la captación de divisas.
Lo anterior se sumó al bloqueo estadounidense y al aumento de sanciones unilaterales.
«Desde el primer mandato del presidente (Donald) Trump, ha existido una persecución más fuerte a nuestras transacciones y comercio internacional, unido a la inclusión en la lista de países ‘patrocinadores del terrorismo’. Todo ello coincidió con la aplicación de reformas económicas internas que no dieron los frutos buscados», subrayó.
De acuerdo con el especialista, frente a ese escenario, «no hemos sido capaces de ser suficientemente efectivos en las transformaciones; existen errores y deficiencias que nos impiden alcanzar determinados resultados en ese ambiente tan hostil».
Todo ello, ahondó, genera «una precarización de la vida, el incremento de la mendicidad y la pobreza, nunca comparables con la de otras naciones, pero sí preocupantes respecto a nuestra propia realidad».
«Una de las cuestiones que más llamaba la atención de los visitantes extranjeros era que el país, pese a su crisis económica, no tenía tanta gente en situación de calle, ni pidiendo dinero», consideró el experto, situación que adjudicó a «las características de nuestro modelo que nos permite gestionar la crisis con un piso ético, de humanismo y derechos para la sobrevivencia familiar y personal».