Por Germán Reyes
Santo Domingo.- El primer ministro haitiano, Ariel Henry, dispone de cada vez menos esferas para influir y hacer que sus directrices tengan efectos.
Las vías interurbanas están bloqueadas, mientras prosiguen los saqueos, sin que la Policía pueda paralizar ese proceso ni el avance del control que sobre barriadas enteras tienen las bandas armadas.
A ese cuadro se suma el hecho de que Jimmy Chéerizier, alias “Barbecue”, el líder de la banda más grande y que controla la mayor cantidad del territorio en la zona metropolitana de Puerto Príncipe, la capital de Haití, se integró a las protestas populares que reclaman la salida de Henry.
Asimismo, Barbecue retó al primer ministro a que se atreva a sacar de la terminal de Varreux los vehículos de transporte de combustibles, los cuales están disponibles en reducidas cantidades y mayormente en el mercado extraoficial.
El jefe pandillero insistió en negar versiones de comunicadores que le ubican como infiltrado del gobierno en las manifestaciones populares.
En ese orden, instó a sus seguidores a mantener las barricadas y a colocar otras en todo el territorio de la nación.