Caracas.- Frank Tavares, un hombre dominicano, vivió durante 22 años haciéndose pasar por monja en dos conventos de Santo Domingo, según publicó El Diario Venezuela.
Tavares, quien adoptó la identidad de “Sor Margarita”, fue criado por monjas tras la muerte de sus padres en un accidente de tráfico.
Durante dos décadas, vivió dentro de la vida religiosa, siendo tratada como una monja más. Sin embargo, su secreto fue revelado cuando una novicia quedó embarazada, lo que generó una serie de eventos que finalmente destaparon la verdad.
Confusión con su identidad
La vida de Tavares, que comenzó en circunstancias complicadas debido a problemas genitales que confundieron su identidad, estuvo marcada por la búsqueda de pertenencias y la falta de un lugar en el mundo.
Sin embargo, su secreto fue revelado cuando una novicia quedó embarazada, lo que generó una serie de eventos que finalmente destaparon la verdad
Criado por monjas en un convento, desde pequeño fue tratado como una niña, una condición que Tavares describe como un punto de partida para su vida bajo una identidad femenina, a pesar de ser biológicamente un hombre.
La rutina de los conventos
Don Frank explica que, a pesar de ser atraído por mujeres, continuó viviendo como “María Margarita” debido a la presión de su entorno y su propia confusión.
El giro
El giro en su historia ocurrió cuando la situación en el convento se complicó aún más.
En el segundo convento donde fue trasladado tras el incidente de la novicia embarazada, Tavares comenzó una relación con Silvia, quien, según cuenta, se convirtió en el amor de su vida.
A pesar de que intentó mantener su identidad secreta, las tensiones internas y los juegos sexuales fueron inevitablemente parte de su experiencia en los conventos.
La monja desvestida
La revelación de su historia ha desatado un intenso debate en las redes sociales.
Algunos usuarios defienden a Tavares, considerando su acción como un acto de supervivencia en circunstancias difíciles, mientras que otros critican la falta de sinceridad en su comportamiento.
En las redes, los comentarios varían entre quienes lo ven como víctima de un entorno religioso que lo formó de manera incorrecta y quienes cuestionan su comportamiento como un acto de manipulación.
No fue responsable
Tavares, por su parte, ha explicado que no fue responsable de la confusión sobre su género durante su infancia.
Según sus declaraciones, su crianza en un convento, junto a la falta de comprensión de su identidad sexual, lo llevaron a vivir esta experiencia fuera de la norma social.
En su relato, también reflexiona sobre cómo la vida religiosa, con sus estrictas reglas, lo obligó a adaptarse a una identidad ajena a la suya.