Santo Domingo, Vigilante Informativo.- Alfredo Torres Rodríguez (El Mono), tenía tanto amor a su instrumento de trabajo que pidió que cuando muriera lo llevaran a sepultar en la pala mecánica en la que laboraba en el Ayuntamiento de Esperanza, en la provincia Valverde.
El insólito cortejo fúnebre se produjo la tarde de este martes, llamando la atención de vecinos y transeúntes en las transitadas calles y avenidas de la referida ciudad dónde inicia la Línea Noroeste.
En administraciones pasadas en que el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) estuvo al frente del cabildo local, El Mono hacía lo que mejor sabía, manejar una pala mecánica.
De ahí que, con la división de esa organización y el nacimiento del Partido Revolucionario Moderno (PRM), y esta organización dirigir el Ayuntamiento, a El Mono, se le conservó su puesto. Operador de la Pala Mecánica.
El Mono, como popularmente se le conocía, de 64 años falleció en la víspera en una clínica de la ciudad de Santiago.
Su velatorio se produjo en la casa familiar, ubicada en la calle G esquina C, del barrio Duarte de la referida ciudad.
El Mono, era definido como un hombre trabajador, bonachón, servicial, perrededísta hasta los tuétanos y en los últimos años perremeista.
Le sobreviven varios hijos, y sus hermanos Dionicio, Máximo Manuel, Lilin, Charlie, Juan Bosch. Era sobrino del Guaraguao, otro personaje de esa ciudad.
A pesar de padecer de una diabetes crónica, nunca dejó los tragos, los que, a decir de algunos amigos, precipitó su final.
Cuando el reloj marcó las 4:00 de la tarde, se presentó el carro fúnebre que llevaría a El Mono hasta su última morada en el Cementerio Municipal.
Sin embargo, sus amigos decidieron cumplir su voluntad y despacharon la carroza fúnebre para carga en la “cuchara de carga” de la pala mecánica el ataúd con los restos del amable servidor municipal.
Hasta el campo santo caminaron al lado de la Pala Mecánica, decenas de familiares, amigos y compañeros de labores, encabezado por el alcalde Freddy Rodríguez, quien lamentaba la partida de un buen servidor público.
El Mono será recordado en Esperanza, no solo por sus buenas acciones, sino también por ser la única persona que fue llevada al cementerio en la pala mecánica que operaba en vida.