La Habana, 23 mar (Prensa Latina) La virulencia y rápida propagación del virus SARS-Cov-2, causante de la enfermedad Covid-19 hace que nos replanteemos hoy la manera en que nos comunicamos las personas.
Socializar es algo que caracteriza a los integrantes del reino animal: los monos se acarician e higienizan entre sí, los perros se olfatean, e incluso los peces se reúnen en cardúmenes al conformar grupos para nadar en sincronía.
Pero sin importar edad ni sexo, los humanos somos los más sociales entre los animales, besos (sencillos, dobles y hasta triples), abrazos, saludos de manos y costumbres como las de dar nalgadas, conforman la amplia gama de saludos.
Incluso muchos prestan la ropa, zapatos, toman del mismo vaso o botella, bailan pegados y se visitan mucho.
El cambio, que proponen las organizaciones sanitarias internacionales y los gobiernos, incluye a aquellos recluidos por la cuarentena y quienes deben usar nasobucos para protegerse.
Ahora los expertos recomiendan utilizar las manos para mostrar la intención de un beso, saludar con los codos, sobre todo los más afectuosos, evitar las visitas y recurrir más a las llamadas telefónicas.
También evitar compartir utensilios sin previo lavado con detergente y agua, conversar a una distancia pronunciada de un metro o más, así como apelar a las redes sociales y aplicaciones digitales para comunicarse.
En respuesta han surgido diversas iniciativas, principalmente en las naciones más afectadas por la pandemia como Italia y España donde los vecinos cantan a coro desde los balcones y aplauden desde sus casas a una misma hora para homenajear la labor humanista de los médicos que trabajan incansablemente en la atención de los enfermos y la búsqueda de medicamentos para contrarrestar el virus.
Incluso se hacen carteles, como el de ‘Te quiero Cuba’ que exhibieron los pasajeros del crucero británico MS Braemar en agradecimiento a los cubanos por permitirles atracar en territorio nacional y organizar el posterior traslado al Reino Unido.
Lo cierto es que el nuevo coronavirus, que ya ha cobrado alrededor de 14 mil muertes en todo el mundo, nos ha cambiado a todos. Unos con miedo, otros precavidos, unos consientes y otros obligados por la reclusión médica.
Ahora lo importante es preservar la vida, estar al tanto y acatar con responsabilidad las acciones recomendadas para frenar la propagación de esta pandemia.
Y el cambio en nuestra manera de socializar tal vez deba prevalecer en el futuro pues de esta forma podremos evitar infecciones respiratorias, una de las principales causas de muertes en algunos países como Cuba, donde circulan 17 virus respiratorios incluido el que provoca la influenza tipo A.