La profanación del templo “Spring Hill” en el barrio Sylvio Cator y el secuestro colectivo de 6 monjas de la Congregación de Sainte-Anne; Dos acontecimientos que tuvieron lugar en menos de 24 horas en Puerto Príncipe, atestiguan el grado de desintegración de la sociedad haitiana.
Puerto Príncipe, viernes 19 de enero de 2024 ((rezonodwes.com)) – La Congregación de las Hermanas de Santa Ana se declaró conmocionada al conocer la noticia del secuestro colectivo este viernes en Carrefour-Feuilles de 8 miembros de la comunidad, entre ellas 6 monjas.
Bandidos armados atacaron un minibús en el que se encontraban 8 ocupantes, miembros de la Congregación de las Hermanas de Santa Ana, entre ellas 6 monjas, para secuestrarlas.
Además, el vehículo en el que se encontraban las rehenes fue secuestrado
Un miembro de la Congregación contactado por Radio Kiskeya el viernes confirmó la noticia y dijo estar atónito por no haber tenido noticias de los ocupantes del vehículo.
Los rehenes fueron llevados a un lugar desconocido. Hasta el mediodía, los secuestradores no establecieron contacto con los miembros de la Congregación, preocupa la fuente.
Además, el vehículo en el que se encontraban los rehenes fue secuestrado.
Instalada en la Avenue du Chili, en el corazón de Puerto Príncipe, la Congregación de las Hermanas de Santa Ana está comprometida con el sector educativo haitiano. Las monjas administran varias instituciones, incluido el Collège des Sœurs Marie-Anne, el Collège Marie Esther, entre otros.
El gobierno de facto calla
Tras el secuestro de las monjas, no se emitió ningún comunicado oficial por parte del equipo de facto, acusado de ser responsable del resurgimiento de la violencia estatal, «con el fin de provocar el despliegue de tropas extranjeras tras los 220 años de independencia del país».
El gobierno de facto prefiere guardar un silencio cómplice, dejando a los grupos armados rienda suelta para perpetrar sus abusos contra la población civil, denuncian observadores informados.
Al igual que otros segmentos de la sociedad que sufren los horrores diarios de la inseguridad, «subrayemos finalmente que el sector educativo y religioso sufre las consecuencias de un Estado irresponsable».