Por Gary Victor (*)
Me sorprendió la velocidad con la que algunos se apresuraron a tomar una opinión sobre un dictado del Departamento de Estado de Estados Unidos.
Naciones Unidas y la Unión Europea !!! pueden llamarse a sí mismos nuestros amigos. En verdad amigos bizarros, porque su complicidad, sus asociaciones con todo lo que es espeluznante, cleptómano, perturbador, asesino, en este país están probadas.
Hay algo que los haitianos no debemos perdonarles. Tenemos poca memoria. Porque nosotros tampoco tenemos respeto por nosotros mismos. Ellos envenenaron nuestros ríos con sus excretas y más de 250.000 haitianos se contaminaron con cólera y más de 20.000 haitianos murieron. Más … Más que el Covid-19 hasta la fecha. Ellos, con el servilismo de nuestros gobiernos falsos, han negado, han hecho todo lo posible para ocultar la verdad y no para compensar al país.
Somos un verdadero agujero negro que parece remover la escoria del planeta y nuestra tierra. Con Martely, luego Jovenel, nos acercamos a las profundidades de la malversación y la mediocridad con, para colmo, una sociedad civil hecha jirones y una oposición que lucha, que lucha, que lucha sin poder ganar altura.
Sería interesante conocer los verdaderos intereses estratégicos de Estados Unidos en Haití. Estos intereses parecen estar ligados a la necesidad de gobiernos deshonestos. E hicieron felices a muchos sectores nacionales con el bandidaje legal.
Pero las condiciones de precariedad en Haití y todo lo que generan hace que el extranjero todavía encuentre solo peatones domésticos, pobres intermediarios, incapaces de llevar a cabo inteligentemente sus malvados designios. De ahí esta permanente inestabilidad.
Y el pueblo haitiano, en su conjunto, comprende cada vez más el juego, las faltas, la traición. Pero con las pandillas controladas por el poder, una fuerza policial gangrenosa, una prensa parcialmente comprada, funcionarios internacionales que elaboran su mantequilla en Haití y muchos miembros de la oposición que juegan en forma personal o hacen doble o triple juego, en resumen, la corrupción generalizada. , el juego es más que difícil.
En Haití, los delitos económicos, los delitos de sangre no deben quedar impunes esta vez. Esta debe ser la primera misión de un gobierno electo. No debería ser negociable.
Llegamos a secuestrar a un juez del Tribunal de Casación sobre la base de un escenario agujereado por todos lados. Conspiración contra la seguridad del Estado. Estoy seguro de que pronto habrá en Haití un verdadero juicio por asociación delictiva por la destrucción de nuestro Estado con el establecimiento de estructuras para la realización de un genocidio tipo Rwanda. El armamento de pandillas es solo eso.
Debemos seguir luchando por la legalidad, para devolver a estas personas que tienen a toda costa, incluso su pequeña y difícil vida diaria, incluso sus más bajas esperanzas, aquello a lo que tienen derecho.
(*) Escritor haitiano
