Santo Domingo.– En un momento en que Bruselas ha llamado la atención a España por los altos niveles de contaminación en las áreas metropolitanas de ciudades como Madrid o Barcelona, la ciudad gallega de Pontevedra lleva años ajena a este tipo de problemáticas gracias a un plan iniciado en el año 1999 que ha reducido al máximo el tráfico de coches en toda la ciudad.
En este artículo te vamos a detallar cómo es vivir en una ciudad en el que, incluso cuando llueve, los pontevedreses siguen moviéndose a pie.
¿Una ciudad sin coches?
Pontevedra es actualmente una de las ciudades más peatonalizadas de toda España, uno de los hechos singulares que le ha permitido cosechar numerosos premios en todo el mundo: El Premio Intermodes 2013, el Premio Hábitat de la ONU en 2014 y el Premio Active Design en 2015. Un hecho increíble para un municipio que desde julio de 1999 se iniciaron los cambios que han revertido en lo que es Pontevedra hoy en día.
El casco antiguo
Desde ese momento se ha reducido casi al completo (un 97%) los coches en el casco antiguo, más del 75% en el centro urbano y en torno a la mitad en toda la urbe.
Una movilidad de singular
Ese proyecto de movilidad se ha basado exclusivamente en la peatonalización de las calles y, además, en el impulso de actividades que sustituyeran a los espacios en los que antes pasaban coches.
“Si no pones terrazas, no montas acciones culturales, no dejas que los niños jueguen en las plazas, pues el tipo que tenía allí el coche aparcado piensa que lo has dejado sin aparcamiento y no ha ganado nada. Pero cuando ve que todo mejora y está más limpio y el comercio crece igual que la actividad festiva y cultural…”, aseguró el actual alcalde Miguel Anxo Fernández Loresen este reportaje publicado en ElDiario.es.
Otras de las medidas que se han tomado es la reducción de los límites de velocidad y la prohibición de los vehículos de gran tonelaje.
¿Qué beneficios ha tenido para los pontevedreses?
Todas estas acciones han revertido en una mejora en la calidad de vida de los pontevedreses que se sustenta en:
Las multas por tráfico son una rara avis. Como no hay coches, y si entran van muy despacio, también son infrecuentes los accidentes mortales.
Gracias a que la ciudad es muy accesible andando (en la zona peatonal, de punta a una se puede recorrer tan solo en media hora), la mayor parte de las personas optan por ir a pie a todos lados, de manera que además hacen ejercicio.
Uno de los grandes miedos que tuvieron los comerciantes en su momento cuando se vio cerrado el tráfico es que su negocio podría peligrar si sus clientes no iban a poder llegar en coche; sin embargo, al final no ocurrió y la mayor parte de los comerciantes están convencidos de esta medida.
Sin duda, Pontevedra se ha convertido en un buen ejemplo a seguir en este tema. Y una demostración más de que el futuro está en el aire (no contaminado).
Tomnado de imparcialrd.do