Por Germán Reyes
Santo Domingo.- «Prácticamente todos los bebés en incubadoras murieron» en la capital haitiana, Puerto Príncipe, por la falta de electricidad debido a que las bandas armadas se apoderaron de la principal terminal Varreux, declaró el ministro de Relaciones Exteriores dominicano Roberto Álvarez.
La parálisis de las operaciones de Varreux, el depósito de alrededor del 70% de los combustibles que se expenden en todo el territorio de la nación caribeña, afectó prácticamente todas las actividades del país.
Hace tres meses bandas criminales bloquearon la terminal portuaria de Varreux, impidiendo la distribución de combustibles, dejando sin energía eléctrica a gran parte del país, dijo Álvarez en su discurso de este miércoles en el Consejo de Seguridad de la ONU.
“Señores, en el área de Puerto Príncipe, de acuerdo nuestras fuentes, prácticamente todos los bebés en incubadoras murieron”, aseguró el funcionario.
De acuerdo con sus datos, en ese escenario también pereció la mayoría de las personas que necesitaban oxígeno.
Causantes del cólera
En su discurso, el canciller dijo que a esas “desgracias” hoy se agrega un brote de cólera y una hambruna generalizada.
Álvarez dijo que hace pocos días llegó a Haití un cargamento de 1,2 millones de vacunas para combatir el brote de cólera, “de una cepa más virulenta” que la original y que en poco tiempo provocó alrededor de 2,000 muertes. “Pero, de nuevo, la violencia obstaculiza su adecuada distribución”.
“Hoy existen suficientes elementos de juicio para atribuir el reciente brote epidémico de cólera a esa escasez de combustible, que interrumpió el suministro de agua potable por parte de la Compañía Nacional de Agua de Haití” (Dirección Nacional de Agua Potable y Saneamiento, DINEPA), según el canciller dominicano.
Refirió que el brote de cólera en 2010 se expandió a Cuba, México y República Dominicana.
Se preguntó que si la violencia dificulta entregar vacunas y combustibles cómo en 2023 se podrá distribuir alimentos para cinco millones de personas en riesgo de sufrir inseguridad alimenticia.
Esa cifra incluye, según Álvarez, a dos millones de niños, niñas y adolescentes, “de los cuales 25,000 padecen de desnutrición aguda”.