Interrogado por Prensa Latina sobre los flujos de migrantes, Salazar-Xirinachs explicó que cuando éstos están en situación de irregularidad deben operar en los márgenes de los mercados de trabajo.
“Esa situación los torna vulnerables a la explotación y a la exclusión también de la seguridad social”, dijo.
Explicó que aquellos con más bajas calificaciones tienden a concentrarse en el mercado informal, donde hay mayor facilidad de entrada, pero sin convenios salariales o protección social.
Los de mayor preparación también enfrentan barreras institucionales, académicas y culturales, ya sea porque el traslado a un mercado nuevo tiene lógicas y dinámicas distintas o por la dificultad de que se les reconozcan sus títulos o credenciales.
Entonces, eso redunda en ingresos promedio muy inferiores a sus habilidades, explicó.
El informe destacó el notorio aumento de la movilidad humana intrarregional en las últimas dos décadas y la importancia de entender el fenómeno como una contribución a los países de origen y destino.
Ante ese incremento de los flujos, que seguramente va a continuar, es fundamental la posibilidad de contar con vías regulares de ingreso y de integración a los mercados laborales, afirmó el secretario ejecutivo de la Cepal.
De acuerdo con el informe, los migrantes contribuyen a reducir los déficits estructurales de fuerza de trabajo y a estimular el crecimiento económico, sobre todo cuando la movilidad ocurre de manera legal y con protección de derechos.