Por Ramón Zabala
En el nuevo gobierno ha tomado impulso el proyecto de ley de igualdad y no discriminación, los defensores del mismo creen contar con buen apoyo en el actual Congreso, ya que el mismo presidente Luís Abinader se comprometió a la implementación de dicha ley con la comunidad GLBT en la pasada campaña electoral.
El proyecto en cuestión plantea la validación de derechos a las personas grupos y minorías, que gozan de los mismos derechos civiles y políticos que disfruta la población dominicana.
Entonces se trata de un ataque sin presidente a las costumbres, normas morales y de organización social que rigen las familias dominicanas desde antes de la fundación como República independiente, para destruir las familias que son las bases fundamentales de existencia misma de nuestra nacionalidad.
En el caso que nos ocupa es altamente preocupante que se presione para ilegalizar que las empresas pidan documento de no antecedentes penales para incorporar a un solicitante de empleo, que un homosexual o lesbiana pueda decidir el sexo que se inscriba en sus documentos personales, que a la unión de dos personas del mismo sexo se le reconozca la categoría de familia permitiéndole la adopción de niños y niñas, que en las competencias deportivas se le trate de acuerdo al sexo que ejerce. Dicho proyecto contempla multas y prisión de 3 a 5 años por delito de discriminación.
El proyecto de marras habla de discriminación por el color de la piel. En nuestro entender hay que ser muy irresponsable o ignorante de muestra historia nacional para plantear eso, ya que desde 1519 cuándo se produce la primera rebelión contra el esclavismo Europeo en el nuevo mundo, de los mas o menos 30 acompañantes de HERRIQUILLO había varios Africanos. Desde entonces en la nación Dominicana todos los acontecimientos políticos, sociales, económicos, culturales, deportivos y laborales a participando un conglomerado social
como masa unida por los objetivos de dichas luchas. Jamás a habido en esta nación conflicto alguno asociado a confrontación por temas raciales. De manera que la xenofobia, homofobia y transfobia es inexistente en República Dominicana.
El hecho de que el abogado constitucionalista Eduardo Jorge Prats escribiera en su columna del periódico Hoy en favor del proyecto en cuestión, significa que un sector importante de los grupos económicos del pais vinculados al PRM estén empujando este aberrante proyecto que no tiene base social alguna en Rep. Dominicana.
Más bien se trata de una conspiración velada que grupos aberrantes asociados a otros internacionales de la más baja condición moral quieren imponernos para destruir el orden social y cultural de nuestra sociedad.
