Bogotá, AT.- La recién estrenada canción ‘+57’, que juntó a siete figuras icónicas del reguetón en Colombia, acumula tantas visualizaciones en las plataformas musicales como duras críticas entre quienes consideran que su contenido fomenta la sexualización de menores, la explotación sexual, el consumo de drogas ilícitas y el machismo.
Entre las voces que cuestionan la letra del tema, que ya lleva 18 millones de reproducciones en YouTube, está la de la defensora del Pueblo colombiana, Iris Marín, una abogada constitucionalista, primera mujer electa para ese cargo en el país suramericano, que pone como telón de fondo la cifra de 21.461 casos de presunta violencia sexual contra menores.
Marín, con una amplia experiencia en defensa de los derechos humanos e igualdad de género, publicó una carta abierta dirigida a los artistas colombianos Feid, Karol G, Maluma, J. Balvin, Blessd, Ryan Castro y Ovy On The Drums, a quienes les expresa su respeto por sus logros en el ámbito musical internacional. «Ustedes son unos auténticos y orgullosos reguetoneros, exitosos, y referentes para millones en Colombia y el mundo«.
Es precisamente a partir del liderazgo e influencia que ejercen en su público que la defensora sitúa sus reparos. El primero de ellos se relaciona con su nombre ‘+57’ —que corresponde al código internacional telefónico de Colombia— y que pretende englobar a todo el país a través de una «forma de ver la vida y de vivir la fiesta que no sólo no es constructiva, sino que simula una liberación que en realidad está sometida a un esquema machista y violento. Y lo reproduce».
‘+57’ contra 21.461
«Una mamacita desde los ‘fourteen'», una de las frases más controvertidas de la letra del tema que habla de la sexualización de una adolescente de 14 años, ha sido el punto sobre el que la defensora ha lanzado sus mayores dardos, a través de los datos que maneja.
«Cuando hablamos de chicas que son ‘mamacitas’ desde la adolescencia, expresamos, como si fuera natural, que es una virtud que sean deseadas por hombres mayores, como quienes cantan la canción», expresa la abogada para, a continuación, exponer preocupantes cifras.
En lo que va de año, la Fiscalía ha reportado 21.461 casos de presunta violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes, mientras que en 2023 el ente acusador adelantó 468 investigaciones por feminicidios. «Y la verdad es que la realidad es cruel. El control del cuerpo de mujeres y niñas ha sido una de las más dolorosas expresiones de la desigualdad de género», afirma.
Otro aparte del escrito lo reserva para Medellín (Antioquia), ciudad colombiana de donde provienen los siete artistas y que, como lo reconoce, «reina la explotación sexual, no solo contra mujeres sino también infantil y con fines comerciales», que «se acentúa por el turismo de extranjeros», que buscan en ‘Medallo’, como se conoce popularmente a esa capital, «rumbas de drogas y alcohol«.
«No pocos vienen a pagar en su moneda lo que consideran una aventura en la que se usa sexualmente a las niñas y mujeres bajo la idea de que el dinero lo puede pagar todo, inclusive su cuerpo. Esto no es libertad sexual, es explotación sexual«.
Esta realidad saltó a la prensa mundial cuando se descubrió a un pedófilo estadounidense en una habitación de una privilegiada zona de Medellín con dos menores de edad, a las que había explotado sexualmente. El hombre, con la complicidad de las autoridades locales, se escapó del país, por lo que la Justicia colombiana anunció que pediría la extradición a EE.UU.