Por Felipe Fortines Yen
República Dominicana atraviesa una situación económica con cierta estabilidad, aunque las recientes médicas tomadas por el Poder Ejecutivo podrían catalogarse de un «autogolpe de estado económico».
Este término, aunque controversial, refleja la magnitud de los efectos que tendrá la expulsión masiva de inmigrantes haitianos, junto con la implementación de un nuevo paquetazo fiscal en el frágil equilibrio económico del país.
El rol económico de los Inmigrantes haitianos
Un estudio reciente publicado por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) arroja luz sobre el papel crucial que los inmigrantes haitianos desempeñan en la economía dominicana.
Se estima que estos trabajadores son responsables de generar el 7.4% del Producto Interno Bruto (PIB). Este dato es significativo, pues revela la dependencia de sectores clave de la economía dominicana en esta mano de obra extranjera, especialmente en áreas como la agricultura, la construcción y los servicios informales.
Sin embargo, la reciente política de expulsión de hasta 10,000 inmigrantes haitianos por semana amenaza con desestabilizar la microeconomía de República Dominicana.
Los inmigrantes no solo contribuyen a la producción económica directa, sino que también son consumidores en el mercado local. Estos trabajadores compran alimentos en colmados y supermercados, utilizan el transporte público, los “motoconchos” y otros servicios. Su presencia activa en la economía diaria sostiene el flujo constante de dinero en el sistema económico.
La eliminación masiva de estos consumidores afectará la demanda interna, lo que puede generar una desaceleración en el consumo y el comercio local, afectando directamente a pequeños negocios, transportistas y trabajadores informales que dependen de esta actividad económica. El impacto en la microeconomía puede ser profundo y de largo alcance.
El paquetazo fiscal: Un catalizador de recesión
A esta situación se suma el impacto del nuevo paquetazo fiscal, una medida que, aunque busca consolidar las finanzas públicas, históricamente ha tenido un efecto recesivo en los primeros seis meses de su aplicación. Los aumentos de impuestos, recortes en subsidios y otras políticas de austeridad, tienden a disminuir el consumo interno y a reducir la inversión en sectores clave.
Durante la implementación de estas medidas, la economía podría sufrir un freno en su crecimiento, lo que, combinado con la reducción en la fuerza laboral haitiana, empujará la desaceleración económica.
Si bien el gobierno argumenta que estas políticas fiscales son necesarias para estabilizar las finanzas nacionales, el costo para el crecimiento económico a corto plazo podría ser alto.
El respiro temporal de la temporada navideña
A pesar del escenario sombrío, los próximos meses podrían ofrecer un alivio temporal. La temporada navideña, con la llegada de remesas desde el exterior, representa una inyección de recursos frescos para la economía del país.
Miles de dominicanos residentes en el extranjero regresan al país con dólares en mano, lo que dinamiza el comercio, aumenta la demanda y reactiva varios sectores de la economía.
Este flujo de dinero podría ocultar temporalmente los efectos negativos de la expulsión de inmigrantes y el paquetazo fiscal.
Sin embargo, este alivio será pasajero. En enero, una vez que los recursos provenientes de la temporada festiva se agoten, es probable que el país enfrente una realidad económica mucho más difícil.
Un futuro incierto
La combinación de la expulsión masiva de inmigrantes haitianos y el paquetazo fiscal podría llevar a República Dominicana a una recesión prolongada en 2025.
La reducción de la fuerza laboral y el freno en el consumo afectarán tanto a las grandes como a las pequeñas empresas. Si no se toman medidas para mitigar estos efectos, el país podría enfrentarse a un periodo de estancamiento económico.
Es imperativo que las autoridades revisen estas políticas, buscando alternativas que protejan, tanto la estabilidad económica como la soberanía nacional.
La expulsión masiva de trabajadores haitianos y la implementación de políticas fiscales restrictivas podrían ser un duro golpe para la economía nacional, en un momento en que la estabilidad es crucial para el desarrollo de la nación a largo plazo.