Por Thierry Kenneth Pierre
Se dice muchas veces que la política es sucia y que la corrupción es el mal que azota la vida de la dignidad humana y, por ende, se dice que es necesario erradicar esa práctica.
Si bien sabemos que la corrupción es algo que está atado a la conciencia del ser humano, ser corrupto no implica que una persona no haya crecido en una familia decente, humilde o de principios y valores. Si fuera así nada en la vida tendría sentido.
Tenemos varios ejemplos de personajes muy aplicados que crecieron en una familia de buenos principios y que han caído en los males de la vida.
Por eso tomare una cita de la biblia, para demostrar que Dios nos ha dejado plasmados algunos mensajes que nos pueden ser muy útiles. “El rey que hace justicia, afianza la tierra, pero el hombre que acepta soborno la destruye.” Proverbios 29:4.
Muchas personas creen que la corrupción es la que da nacimiento a unos corruptos y que hay un sistema donde las personas entran para ser formadas de pies hasta cabeza en ese proceder. Pues esa tesis está muy mal, porque las personas son las que se convierten a sí mismos en lo que quieren ser y después cuando se asocian con las personas de su misma categoría se vuelven en corrompidas.
Algo muy importante: los corrompidos hablan el mismo idioma porque esa práctica es la simbología de su alma mater. Por eso, si tú eres una persona que lucha para no ser un corrupta es poco probable que salga sana y con vida si te encuentras rodeada de ellos. Si no quieres cambiar te enterrarán vivo. Por eso, manténgase lejos para no ser contaminado.
La corrupción es un arma fuerte, al igual que la verdad. Es como si pudiéramos comparar el bien y el mal. Simplemente la persona elige cuál quiere ser.
¿Qué pasa en la sociedad y las instituciones con la corrupción?
En la vida muchas personas creen que ser un corrupto es cuando eres sobornado por otro para favorecer a un grupo de personas o a una sola.
Ser corrupto es algo que uno ejerce con la propia conciencia. Nosotros a veces cometemos actos de corrupción en las cosas más pequeñas en nuestros entornos sin darnos cuenta. Realizar un acto de mala ética profesional donde se ven implicados nuestros intereses para ayudar un familiar o amigo haciendo daño a otro, eso también es corrupción.
En las instituciones públicas y privadas existen muchos corruptos porque es un negocio y los que son más afectados por esa contaminación maligna son los empleados. Y si tú no colaboras para mantener ese negocio vivo o si no tienes otra opción y necesitas el empleo, debes infectarte.
Por otro lado, los empresarios son a veces afectados. Si eres un empresario nuevo y para poder establecer tu negocio, las reglas que están pautadas de seguir no se cumplen porque no habrá un mayor interés para el que lo ejecuta para ti, a veces te ponen trampas para tratar de hundirte y si quiere quedarte en el negocio también te tocara contaminarte. Este mismo caso aplica para los políticos que se ven obligados a entregar sus principios y valores para participar en este juego sucio.
Por eso en la sociedad, las instituciones y en la política es muy difícil decir que no hay gentes corruptas porque los intereses de cada persona se verán permeados antes de ejecutar una acción.
¿Cómo se puede erradicar la corrupción o cambatirla?
En primer lugar, no se puede erradicar la corrupción porque cada ser humano nace con el sentimiento de ser corrupto, pero sí la podemos combatir y es una tarea que debería empeñar cada individuo por su cuenta propia.
Tomar la decisión de no generar ese sentimiento de poner tus interés primero antes de examinar si la acción que vas realizar puede afectar a esa persona o a un grupos de personas.
En segundo lugar, para combatir la corrupción en las instituciones públicas y privadas se necesitan aplicar mecanismos de regulación. Se llamara a ese tipo de mecanismo: Ética y Profesionalidad, donde se supervisen todas las acciones y decisiones tomadas por parte de esas personas y también a las personas que trabajan, que dentro de ese mismo mecanismo deben estar sometidas bajo esta misma supervisión.
Para concluir, quiero dejarles ese dicho que estamos viviendo en un mundo de engaño total. Creo que lo han escuchado en algunas partes.
Pero lo que no sabemos es que estas maneras de usar a las personas son fruto de la corrupción y este mal afecta en todas partes: la sociedad, el sistema de salud, educación, política, deportes y un sin números de cosas.
