Santo Domingo.- Isabella Tejeda, de 32 años, irrumpió en llantos en uno de tantos momentos de la desesperación que le provoca pasar hambre en Chile, donde acudió hace tres meses en busca de mejor suerte.
”¡Ay! No me dejen morir aquí, por favor”, contó Tejeda, que tiene cuatro hijos, a la vez que insistía en que lleva dos días sin ingerir alimentos por las precariedades en que se desenvuelve.
De acuerdo con Héctor Villa, vocero de Sociedad Dominicana en Chile (Sodoenchi), a Tejeda le amputaron un seno en República Dominicana, por lo que desea retornar para recibir atenciones y estar cerca de su familia. “Me amputaron un seno, me falta quimio y radio terapia”, dijo.
Trabajaba en una banca de apuestas en República Dominicana donde fue cancelada varios días antes de someterse a la extirpación de una de sus mamas donde tenía el cáncer.
Llegó a Chile el 21 de febrero pasado y se albergó en casa de una amiga que le dio la idea del viaje y la promesa de que le buscaría un trabajo cuidando una envejeciente, cosa que no sucedió. Antes de un mes la amiga se mudó y ella no pudo seguir pagando la renta.
Isabella forma parte de un grupo de más de 150 dominicanos, entre enfermos, indocumentados y desempleados, que han pedido a la Embajada diligenciar su retorno a la República Dominicana, por las precariedades que enfrentan de esa nación, confinada por el coronavirus. Esto aparte de los 20 a 25 criollos que han dado positivos a COVID-19.
