Santo Domingo.- Más de 20 organizaciones cívicas y de izquierda deploraron el «acto de irresponsabilidad moral y política» que atribuyen al obispo de San Pedro de Macorís y Hato Mayor, monseñor Santiago Rodríguez, quien solicitara la intervención militar estadounidense en Venezuela.
Ese pronunciamiento, según esas organizaciones, es un llamando de manera explícita a “derramar sangre” en lesa nación suramericana.
«Condenamos el llamado a derramar sangre venezolana por parte del obispo Santiago Rodríguez», dijeron los grupos cívicos-
El texto del comunicado
«Las organizaciones firmantes expresamos nuestro enérgico rechazo a las declaraciones del obispo de la diócesis de San Pedro de Macorís y Hato Mayor, monseñor Santiago Rodríguez, quien, en un acto de irresponsabilidad moral y política, ha solicitado la intervención militar de Estados Unidos en la República Bolivariana de Venezuela, llamando de manera explícita a “derramar sangre” en esa nación hermana.
Resulta indignante y peligroso que un representante de la Iglesia, el ex capellán militar
Rodríguez, actualmente presidente del Consejo de Asuntos Económicos del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), se preste a legitimar la violencia imperial y el genocidio contra el pueblo soberano de Venezuela. Su discurso, anclado dos mil años antes de Cristo, con un anticomunismo retrógrado y un pensamiento colonial, traiciona los valores del Evangelio y el deber ético de la Iglesia de promover la paz, la justicia y la dignidad humana.
Recordamos a la Conferencia del Episcopado Dominicano que el papel de la curia no es avalar políticas de agresión ni convertirse en portavoz de intereses colonialistas ajenos a los pueblos del Caribe y de América Latina. Las peticiones de intervención extranjera nunca son neutras: responden a intereses económicos y políticos que históricamente han colonizado, traído sufrimiento, saqueo y desestabilización a nuestras naciones.
Las sanciones, bloqueos y medidas coercitivas impuestas por Estados Unidos contra Venezuela han sido ampliamente documentadas por organismos internacionales por sus efectos devastadores sobre la economía y la vida cotidiana de su pueblo. No obstante, el pueblo venezolano, con admirable creatividad y perseverancia, bajo el liderazgo del presidente Nicolás Maduro, ha resistido, diversificando la economía y logrando importantes avances en la producción nacional, alcanzando niveles de autosuficiencia superiores al 98 % en lo que consume. En cualquier contexto, llamar a una intervención militar, especialmente proveniente de quienes pretenden bendecir la violencia imperial, equivale a santificar la guerra y justificar el derramamiento de sangre, tal como se ha hecho con el silencio ante las ejecuciones extrajudiciales de Estados Unidos contra pescadores y supuestos narcotraficantes en el mar Caribe.
Exigimos que la Conferencia del Episcopado Dominicano se pronuncie con claridad y valentía, repudiando todo llamado a la intervención armada en Venezuela y reivindicando el principio del Caribe como zona de paz. Instamos a sus miembros a recordar su obligación moral de proteger la vida humana, no de justificar la violencia contra un pueblo que, desde el trabajo comunero, construye una sociedad más justa y una economía que mantiene un crecimiento sostenido del 8%.
La historia dominicana conoce demasiado bien las consecuencias de los silencios cómplices de sectores eclesiásticos frente a dictaduras y regímenes represivos. Las eras de Trujillo y Balaguer son ejemplos elocuentes de ello, al igual que las intervenciones militares de Estados Unidos en nuestro territorio. ¿Por qué la Iglesia Apostólica y Romana no denunció entonces las ocupaciones, los bloqueos económicos ni las muertes provocadas por las sanciones? ¿Por qué no emular a los obispos de la Conferencia Episcopal de las Antillas, que en su comunicado del 25 de octubre muestran preocupación por la militarización del Caribe y plantean que el diálogo y la cooperación son urgentemente necesarios para fomentar una paz duradera?
Venezuela, nación soberana, pese a la resistencia de las oligarquías, de Estados Unidos y al inhumano bloqueo, es una democracia participativa que ha impulsado, desde los gobiernos de Hugo Chávez, políticas sociales reconocidas internacionalmente por su lucha contra la exclusión. Por ello, exigimos al obispo Santiago Rodríguez una retractación pública inmediata de sus declaraciones y una explicación sobre su llamado a la violencia, en tanto figura eclesiástica y miembro del CELAM.
¡El Caribe es y debe seguir siendo una Zona de Paz. Fuera el ejército norteamericano del Caribe.
Venezuela vive su cotidianidad en PAZ, No a la guerra contra Venezuela!
Firmamos en Santo Domingo, República Dominicana a los 5 días del mes de noviembre del año 2025
Partido Patria Para Todas y Todos -PPT- / Partido Comunista del Trabajo -PCT- / Movimiento Popular Dominicano -MPD- / Movimiento Caamañista -MC- / Fuerza de la Revolución – FR- / Frente Amplio -FA- / Movimiento Rebelde -MR- / Fuerza Boschista -FB- / Gentío Político Social -GPS- / Asamblea de los Pueblos del Caribe -Capítulo Dominicano- / Agenda Solidaridad, RD / Movimiento de Campesinos Las Comunidades Unidas -MCCU- / Campaña Dominicana de Solidaridad con Cuba, inc. / Movimiento Mocano de Solidaridad con los Pueblos / Internacional Anti-Fascista -Capítulo Rep. Dominicana- / Acción Afro-Dominicana / Internacional Antiimperialista de los Pueblos -Capítulo Dominicano- / Alba Movimientos -capítulo RD- / CLOC Vía Campesina -capítulo RD- / Museo de la Dignidad / Comité Dominicano de Solidaridad con la Revolución Bolivariana de Venezuela / Comité Patriótico “Francisco Alberto Caamaño Deñó /






