Por Dayvi López Vargas
El influencer Santiago Matías (Alofoke) hace poco tiempo quería ser político, ser presidente fue su sueño. Al ver frustradas sus ambiciones decide apoyar a líderes que orbiten en su atmósfera. Ante esta crisis de liderazgo, los malos políticos podrían ceder, trayendo nefastas consecuencias.
El tal Alofoke, con escasa formación, con mucho «tigueraje» quiere construir un imperio mediante el dinero y un ejército donde muchos lo siguen desde las cárceles, otro grupo donde goza de mucha aceptación es de la comunidad LGBT y de ONG internacionales. Al final la sociedad -mayoría de la diáspora— hasta por curiosidad se unió a observar su reality.
Santiago Matías debe saber que sin el dinero no es alguien con capacidad para mover un alma ni arrastrar grupos. El liderazgo de Matías está concentrado en el dinero, sin él, no es nadie. Su más grande derrota fue cuando apoyó a Gonzalo Castillo, partido mayoritario que de tener un 63%, antes de su apoyo, pasó a un 37. Alofoke fue el centro de la política pro El Penco.
El arrastre de Alofoke es parecido al de Beéle y la influencer Isabella Ladera, luego de recurrir a actividades socialmente inmorales, pero que causan morbo, dicho video tuvo más vistas que toda «La Casa de Alofoke». El talento sin virtudes y sin méritos es fuente de prostitución. Este sujeto se caracteriza por un discurso ambivalente. Criticó a los políticos diciendo que no los quería ver en su reality y con sonrisa de hiena recibe la llamada del presidente de la República quien es el principal responsable de la política y de los políticos dominicanos. Según comentó, los políticos no sirven y hace campaña abierta a Carolina Mejía e incluso a Hipólito Mejía.
Maltratar mujeres es parte de su esencia. Besar hombre es su pasión. Disimular ser caridad es su arte. Expresar vulgaridades es un lujo. Cualquier mañana aparece con ojos rojos llamando y maldiciendo a todo el que le venga en ganas. Su siquiatra, Guerrero Heredia, no puede con él. Este nuevo Leviatán se le escapó del control del Estado.
Desde sus inicios, Santiago surgió contaminado. Nos preocupa que sea visto como un héroe, cuando Latinoamérica ha tenido falsos héroes, uno de ellos lo fue el conocido colombiano que marcó toda una generación a base del dinero y la manipulación política. El Diario Libre en fecha del 2010, en primera plana, sobre Alofoke: «DNCD apresa narco cuando buscaba visa en consulado EE. UU.».
Este nuevo «héroe» que llamó en vivo al presidente, al parecer luego será llevado al «Panteón Nacional» para que esté al lado de los Próceres. En el 2010, la DNCD atribuyó haberse asociado con otros sujetos para enviar droga a Italia y España desde 2004, él desmintió eso. Aunque dijo: «Estoy muy orgulloso de mi ficha de la DNCD».
En este mismo año, cuando lo detuvo un oficial superior por el caos vehicular, Matías llamó a una persona, no sabemos si al presidente o a quién de poder, lo que sí se pudo ver qué el oficial superior dejó que siguiera con el caos. Alofoke es experto en la división, en el caos y la anarquía, en atacar una clase social, aún él reciba beneficios de otro sector de esa clase social. Juega a las máscaras. Alofoke es parte del sistema y un sector de la oligarquía.
El fenómeno viral La Casa de Alofoke fue una vitrina de la vulgaridad, donde la gloria era el dinero, relojes y coches de lujo, música urbana, sexo y cosas del barrio del Capotillo. Ha dicho públicamente, «comenzará el caos» y ha ocurrido.
Este líder del caos mandó a la juventud que dirige (muchos de ellos dando muestras de consumo de alcohol y de sustancias controladas) a desorganizar la Zona Colonial donde llenaron de excremento las casas de los próceres, para nosotros acciones que solo perdonaremos cuando pida disculpas.
Deseamos que Santiago Matías se una al nacionalismo y a la revolución moral y poder contar con un cambio significativo en los destinos de este desdichado pueblo. Únete ya y deja la podredumbre, deja la miseria moral.


