Puerto Príncipe, Rezo Nòdwès – 10 de noviembre de 2023.- El 2 de octubre, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas autorizó una nueva intervención armada en Haití, destinada a romper el control de bandas de estilo paramilitar en la capital, Puerto Príncipe. A diferencia de las misiones oficiales de mantenimiento de la paz de la ONU, esta iniciativa está organizada y financiada directamente por Estados Unidos, con la participación prevista de 1.000 agentes de policía kenianos sobre el terreno.
Esta misión se emprende oficialmente a petición del presidente de facto de Haití, Ariel Henry, que no ha sido elegido ni designado oficialmente para un cargo gubernamental. Henry, líder de la coalición anti-Aristide antes del golpe de 2004, fue nombrado primer ministro por el expresidente Jovenel Moïse días antes de su asesinato en julio de 2021.
Sin embargo, la falta de ratificación por parte del parlamento haitiano, disuelto por Moïse, plantea dudas sobre la legitimidad de Henry. Actualmente, no hay funcionarios electos en Haití. La situación, caótica y brutal, empeora con cada intervención extranjera, dejando a los haitianos en apuros.
La séptima
La misión, sujeta a la aprobación del Tribunal Superior de Kenia, sería la séptima intervención patrocinada por Estados Unidos en Haití desde su independencia en 1804. A pesar de estas numerosas intervenciones, la estabilidad política y los derechos humanos siguen fuera de alcance, lo que pone de relieve la persistente fracaso de las acciones exteriores.
A un nuevo nivel
La última misión lleva la subcontratación a un nuevo nivel, con el término exclusivo “Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad” (MSS). Aunque bajo el Capítulo 7 de la Carta de la ONU, no estará bajo el control del Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz de la ONU, lo que ilustra un nuevo enfoque.
Los costes de la misión, según la ONU, serán financiados con contribuciones voluntarias de los estados miembros y organizaciones regionales, principalmente Estados Unidos. Estos últimos ya han prometido 100 millones de dólares para logística, inteligencia, transporte aéreo, comunicaciones y apoyo médico.
Lecciones no aprendidas
La historia de las intervenciones extranjeras en Haití muestra que Washington prefiere subcontratar tanto como sea posible. Este enfoque se adoptó después de la brutal ocupación estadounidense de Haití de 1915 a 1934 y ha persistido hasta el presente a pesar de los resultados mixtos.
Si bien Kenia lidera esta misión, participarán otras naciones, incluidas Jamaica, las Bahamas y Antigua y Barbuda. Sin embargo, los críticos señalan que es necesario abordar las causas profundas del conflicto de Haití y que la subcontratación sólo corre el riesgo de empeorar la situación.
En última instancia, esta intervención corre el riesgo de reforzar el poder de las pandillas y descuidar las verdaderas necesidades del pueblo haitiano. La correlación entre las pandillas, la clase política haitiana y las élites económicas resalta la complejidad de la situación, lo que dificulta el logro de los objetivos declarados de la misión.
fuente: Una intervención respaldada por Estados Unidos en Haití no resolverá nada (foreignpolicy.com)


